lunes, 11 de noviembre de 2013

EL FRANQUISMO (1939-1975)


      • FRANCO
      • LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA
      • LA FORMACIÓN DEL NUEVO ESTADO
      • REPERCUSIÓN DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
      • AISLACIONISMO
      • LA AUTARQUÍA Y SU SUPERACIÓN
      • AFIANZAMIENTO DEL RÉGIMEN
      • RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL
      • NORMALIZACIÓN
      • DESARROLLO
      • CRECIMIENTO ECONÓMICO AÑOS 60
      • NUEVA POLÍTICA APERTURISTA
      • APARICIÓN DE LA OPOSICIÓN
      • LA ÉPOCA FINAL
      • PROBLEMAS INTERNOS
      • DESCOLONIZACIÓN
      • MUERTE DE FRANCO
      • FRANCISCO FRANCO (BIOGRAFÍA).
Francisco Franco Bahamonde nación en 1892 en El Ferrol (La Coruña), perteneciendo su familia a la clase media y estando tradicionalmente vinculada a la Marina. A los catorce años ingresó en la Academia Militar de Toledo. Fue oficial a los diecinueve años e inmediatamente solicitó su incorporación al ejército de África, que le fue concedida en 1912.
Fue un oficial valiente y por ello consiguió ascensos por méritos de guerra. A partir de 1920 se convirtió, junto a Millán Astaray, en el mando principal de la Legión, grupo militar de elite y voluntario. En este cargo se caracterizó por su preocupación por el soldado a la vez que por su dureza y disciplina.
En 1923 contrajo matrimonio con Carmen Polo, perteneciente a la alta sociedad asturiana. Ese mismo año ascendió a teniente coronel, dos años más tarde a coronel y, en 1926 llegó a general de brigada con tan solo 34 años. Durante la Dictadura de Primo de Rivera tuvo discrepancias con él por su política africanista, después del desembarco de Alhucemas, fue nombrado director de la Academia Militar de Zaragoza.
Tras el triunfo electoral del Frente Popular (febrero 1936) es destinado a la comandancia general de Canarias siendo disuelta la Academia Militar de Zaragoza, pero anteriormente, durante el segundo bienio republicano fue nombrado jefe del Estado Mayor. Desde ese puesto mejoró las condiciones militares del ejército y colaboró en la represión de la revolución de Asturias del año 1934.
Anteriormente a la guerra civil no había participado en política, pero se identificaba más con las ideas moderadas, de tal modo que en el año 1933 se le ofreció formar parte de una candidatura de la CEDA, cosa que rechazó.
Ideas básicas de Franco antes de la guerra eran su nacionalismo a ultranza y su anticomunismo. Su religiosidad y su concepción del pasado histórico de España como una lucha de tradiciones religiosas contra unas fuerzas antinacionales (como la masonería).
No siendo político profesional y aborreciendo este tipo humano, demostró habilidad maniobrera y astucia, que aplicó para mantener la disciplina durante su jefatura.
No tuvo una ideología muy clara, por lo que personas de distintas opiniones lo creyeron de su parte. Ello permitió mantener la estabilidad.
La exaltación de su figura contribuyó a convertirle en Caudillo.
El régimen franquista fue diferente de otros existentes ya que, sin cambiar de dirigente ni sufrir modificaciones sustanciales, el régimen pasó de la semejanza de un tipo de dictadura a otro.
El franquismo tuvo unas fuentes ideológicas plurales procedentes de la derecha, pero estuvo cerrado a la libre circulación de opinión y expresión propia de una sociedad liberal.
Fue una dictadura personal, no colectiva de un partido o estamento militar, que no tomó en serio la tarea de institucionalizarse. El caudillo nombraba a los ministros tratando de equilibrar las tres familias principales: carlistas, falangistas y católicos. Incluso había carteras ministeriales ya adjudicadas de antemano para alguna cierta familia.
El poder ejecutivo recaía sobre Franco y tuvo mucha más fuerza que el legislativo lo que hizo que las funciones de las Cortes fueran mínimas aunque siguieran existiendo.
      • LA ESPAÑA DE LA POSGUERRA.
Los cálculos más generales sitúan el número de muertos alrededor de uno 650.000. Pero también se produjo una destrucción física y material durante la guerra. Aproximadamente el 8% de las viviendas quedaron destruidas. La producción agrícola e industrial disminuyó alrededor de una cuarta parte y un 40% del parque ferroviario quedó destruido.
Se llevó a cabo una política represiva con la publicación de algunas leyes como por ejemplo la Ley de Represión de la masonería y el comunismo. La represión de la postguerra afectó a mucha gente y se produjeron alrededor de 30.000 ejecuciones.
Tras la victoria de los nacionales, se produjeron gran número de exiliaciones, algunas incluso fueron permanentes. Unas 450.000 personas se exiliaron a Francia, otras 20.000 a México y otros lugares de destino fueron Cuba, Argentina, Santo Domingo y Chile.
      • La formación del Nuevo Estado.
El Nuevo Estado se basaba en la concentración absoluta del poder en manos del general Franco. Los altos jefes militares que podían ser un obstáculo a la autoridad de Franco fueron enviados al extranjero o marginados a un segundo plano de la vida política. En un deseo de institucionalizarse, en julio de 1942 se publicó una ley que regulaba la función de las Cortes como mero órgano de representación del pueblo pero que quedaban dominadas por el ejecutivo.
También se adecuó al régimen todo el sistema de derechas y libertades de los ciudadanos. Desaparecieron los partidos políticos y se prohibió el uso de otra lengua que no fuera el castellano en la enseñanza y la Administración.
Un organismo que mantuvo unos poderes parcialmente autónomos fue la Iglesia.
En esos momentos iniciales, la figura predominante en la política interior era Ramón Serrano Súñer, cuñado de Franco. Se había formado en Italia y éste fue el modelo que trató de introducir en España apartándose en la Falange, de la que fue principal inspirador y dirigente.
      • Repercusión de la II Guerra Mundial.
La posición española frente a este conflicto fue neutral, pero dada su relación con Alemania durante la guerra civil tenía que ser benevolente con respecto a ella. La derrota francesa convirtió a España en no beligerante en el verano de 1940, lo que quería decir que estaba dispuesta a entrar en la guerra aunque solo en el momento más conveniente para ella. En tal posición se mantuvo hasta 1942 y solo empezó a ser neutral en los primeros meses del año 1943. Ya en 1944 había vuelto a la posición de neutralidad benevolente pero ahora respecto de los EE.UU.
Aunque España no participó abiertamente en al guerra si favoreció a uno u otro bando (los Aliados o el Eje) según le conviniese. En el periodo de benevolencia hacia Alemania, permitió que submarinos de esta nacionalidad atracasen en costas españolas. Tras esto, España fue amenazada por los Aliados para que se apartara de Alemania, de hecho, EE.UU. cortó el suministro de petróleo a España dos veces en este periodo, y una vez en enero de 1944 que duró mucho tiempo. Los estadounidenses querían que España cerrase el consulado alemán en Tánger, que licenciara a la División Azul, que suspendiera los envíos de wolframio a Alemania (aunque nunca fue definitivo) y otras cosas además. España recobró el suministro de petróleo y permitió que aviones norteamericanos aterrizasen en los aeropuertos españoles.
Dos factores que explican la no participación española en esta guerra son: el gravísimo estado de España en esos momentos y la situación política interna de tensión entre la Falange y el ejército.
Pero las ayudas prestadas al Eje causaron una segunda posguerra desde 1945 hasta bien entrados los años 50. Esto causó el aislamiento internacional.
      • Aislacionismo.
Ante la situación económica española al finalizar la guerra civil, España siguió una política económica de autarquía e intervencionismo estatal. Éstas fueron dos tendencias que se fomentaron mucho y se fundamentaron en ideas políticas nacionalistas y en la necesidad provocada por la II guerra Mundial. Sin embargo, la autarquía era inviable para la economía española debido a la carencia de materias primas imprescindibles y a las malas cosechas de esos años. Por otro lado, el intervencionismo tuvo como consecuencia la reacción de un aparato burocrático agobiante y muy ineficaz.
Algunas medidas tomadas en agricultura fueron: la propuesta de un programa de mejora en las explotaciones llevado a cabo por el Instituto Nacional de Colonización. Además se creó el Servicio nacional del Trigo, destinado a regular la producción de este cereal.
La política industrial se basó en la protección de industrias de interés nacional. Lo más importante fue la creación del Instituto Nacional de Industria (INI), el cual desarrolló un elevado número de industrias.
Existió una profunda discrepancia entre la política hacendística y la comercial. Por un lado, la Deuda Pública favorecía la inflación que muy a menudo no era controlada por ningún organismo superior. En cambio la política comercial aplicó medidas tendentes a lograr una extremada regulación. Creó numerosos organismos destinados a controlar el comercio interno pero que no pudieron evitar que gran parte de la producción se dirigiera al mercado negro.
En la política social aparecieron ciertas medidas para mejorar la seguridad social en medidas como la protección familiar o el seguro de vejez entre otras.
      • LA AUTARQUÍA Y SU SUPERACIÓN.
      • Afianzamiento del Régimen.
Si el sistema español hubiese evolucionado hacia una democracia se, habría olvidado su colaboración con Italia y Alemania en el conflicto.
En el verano de 1942 se reunió en San Francisco una conferencia internacional a la que España no fue invitada y de la que surgiría la creación de las Naciones Unidas (ONU). Poco después declararon que no admitirían a España si no cambiaba su régimen político.
La medida adoptada por la ONU no tuvo un efecto importante ya que, de hecho, el régimen español no tenía relaciones con muchos países. Pero hubo un caso extraordinario, ya que la Argentina de Perón mostró su apoyo a Franco y firmaron conjuntamente un tratado en 1947 por el cual Argentina se comprometía a suministrar a España productos alimenticios a cambio de productos industriales. Este tratado fue de trascendental importancia para la alimentación de los españoles.
A finales de 1947 mejoró la situación de aislamiento español al abrirse la frontera Pirenáica por parte de Francia, que había sido cerrada en 1946.
A partir de 1950 se normalizaron las relaciones diplomáticas entre España y las potencias occidentales y se recibió una modesta ayuda económica oficial de EE.UU. Finalmente la ONU autorizó la reanudación de las relaciones diplomáticas con España.
Es necesario conocer las acciones de la oposición desde comienzos del régimen y ver como cayó derrotada por el franquismo para comprender lo fuerte que se estaba haciendo el nuevo régimen.
En el año 1939 había dos organizaciones que se disputaban el destino de las riquezas sacadas de España y la representación política de la emigración, una era dirigida por Juan Negrín y la otra inspirada por Indalecio Prieto, ambas de carácter republicano e independientes. Solo con el final de la Guerra Mundial los republicanos se unieron.
En agosto de 1945 se reunieron en México algunos diputados de las Cortes de 1936 y eligieron un nuevo Presidente de la República en el exilio, Diego Martínez Barrio, y un gobierno presidido por Giral. Pero pronto surgieron divisiones internas.
Los socialistas ya habían expresado su preferencia por la república pero aceptarían la voluntad popular si ésta se inclinaba por la monarquía.
El Partido Comunista había quedado aislado con respecto a los demás grupos exiliados, que le acusaban de haber monopolizado la República al final de la Guerra Civil.
Los anarquistas también estaban divididos.
Fundamentalmente, en los años 40 fueron los comunistas y anarquistas quienes formaron la resistencia armada frente al franquismo.
Otra oposición fue la de los “maquis” españoles que cruzaron la frontera pirenáica hacia España al final de la II Guerra Mundial. Aunque fueron derrotados, no pudieron ser erradicados de manera definitiva hasta 1952. En ese periodo hubo unos 10.000 guerrilleros repartidos por las montañas de Asturias, León, el Sistema Ibérico y Andalucía. Carecían de armamento pesado pero dieron muerte a numerosos guardias civiles. Tampoco contaron con el apoyo masivo de la población, como ellos esperaban.
A partir de 1947 evolucionaron hacia la huelga como método reivindicativo.
Otro tipo de oposición en este periodo fue la de los monárquicos.
En 1943 un grupo de militares de alta graduación y personalidades políticas solicitaron a Franco el restablecimiento de la monarquía. En 1945 don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, expresó su deseo de sustituir el régimen franquista en el manifiesto de Lausanne.
El traslado de don Juan desde Suiza hasta Estoril hizo pensar a algunos en la inminente Restauración. Franco rompió la relación con don Juan.
En el verano de 1948 tuvo lugar un acercamiento entre los socialistas y los monárquicos para preparar un proyecto democrático que se plasmó en el pacto de San Juan de Luz.
En agosto de ese año se entrevistaron Franco y don Juan y acordado que el príncipe don Juan Carlos estudiaría y se educaría en España. Este acuerdo acabó con las esperanzas de los socialistas y monárquicos de derribar el régimen.
En julio de 1945 se formó un nuevo gobierno, medida que afianzaría el Régimen. Este gobierno suprimió la Secretaría General del Movimiento y el Ministerio del Partido. Duró hasta 1951.
El régimen pretendió dar una nueva imagen al extranjero mediante la promulgación de una serie de leyes fundamentales. Estas leyes definían el franquismo como una “democracia orgánica”.
La primera de las disposiciones que surgieron de la “democracia orgánica” española fue el Fuero de los españoles, de julio de 1945, que intentaba ser una declaración de derechos y deberes semejante a otras constituciones.
Otras leyes creadas por este gobierno fueron: la Ley de Referéndum de 1945 y la Ley de Sucesión de 1947, que definía a España como un Estado católico, social y representativo.
      • Reconocimiento internacional.
En 1951 España fue admitida en la Organización Mundial de la Salud, en la Unión Postal Internacional y en la Organización de Aviación Civil y, al año siguiente, en la UNESCO. El 14 de diciembre de 1955 se produjo el ingreso de España en la ONU apoyada por EE.UU. Ese mismo año fue admitida en el Fondo Monetario Internacional, en la Organización Internacional del Trabajo y en el Banco internacional de Reconstrucción y Fomento.
Así mismo se firmó un Concordato con la Santa Sede en agosto del año 1953 por el que se admitía la unidad católica, se otorgaba a las órdenes religiosas un estatuto jurídico, se les exenta de impuestos y se admitía como competencia de la Iglesia causas matrimoniales.
Las negociaciones para el pacto con EE.UU. se iniciaron en 1951. Finalmente se acordó la instalación de bases militares norteamericanas en Morón, Rota, Zaragoza y Torrejón. A cambio España recibiría ayuda económica.
      • Normalización.
En julio de 1951 se realizó un nuevo cambio de gobierno. La Falange recuperó influencia. Y por primera vez estaba incluida una persona fiel a Franco como ninguna otra: el almirante Luis Carrero Blanco.
Carrero Blanco fue nombrado ministro subsecretario de la Presidencia en la crisis de 1957 y se caracterizó por ser antiliberal y fidelísimo a Franco.
El principal de sus consejeros fue Laureano López Rodó, autor de la Ley de Régimen Jurídico de la Administración del Estado y de la Ley de Procedimiento Administrativo.
Entre 1951 y 1957 se produjo un importante crecimiento de la renta nacional. Esto se debió a dos factores: a la ayuda económica estadounidense y a la política económica del gobierno formado en 1951, gabinete que mostró superioridad técnica y un programa más liberal que los anteriores.
El crecimiento de la producción agrícola fue inferior al de la industrial.
También la política social acusó el cambio. En el año 1953 se reglamentaron los jurados de empresa y en 1957 se realizaron las primeras elecciones de enlaces sindicales.
En política exterior, desde 1957 hasta 1969 el responsable fue Fernando María de Castiella. Su predecesor, Martín Artajo, se había volcado hacia Iberoamérica y los países árabes, en cambio Castiella no se vio limitado a esos países, sino que su política se dirigió también a Europa.
Cuando en marzo de 1956 Francia acabó por aceptar la independencia de Marruecos, España solo pudo ratificarla. Además, los marroquíes mantuvieron las reivindicaciones territoriales sobre Ceuta y Melilla.
La política española respecto de la construcción de Europa no fue aceptada por Franco, por su forma de ser nacionalista. Se vio lejana la posibilidad de incorporación española a la CEE.
      • LA ERA DEL DESARROLLO.
      • Crecimiento económico en los sesenta.
Los tres grandes motores sobre los que se asentó el crecimiento económico español fueron: el turismo, la emigración de mano de la obra, sobre todo a Europa, y las inversiones extrajeras.
En los años sesenta el turismo se convirtió en la primera industria nacional. Varios factores favorecieron esto tales como el sol, los monumentos artísticos españoles y principalmente el bajo nivel de los precios respecto de Europa.
El desarrollo del turismo tuvo efectos inmediatos: económicos, medioambientales y sociales. El turismo produjo un aumento del sector terciario. También produjo la destrucción de parte de los paisajes naturales del Mediterráneo. Por último, transformó los hábitos culturales y las formas de vida de los españoles.
El comienzo de la emigración fue una consecuencia del Plan de Estabilización del año 1959, que hizo crecer el paro. Por ello, el Estado español dio facilidades a la emigración.
En líneas generales, los emigrantes españoles se instalaron en los países más desarrollados de Europa, como Alemania, Francia o Suiza.
Desde el punto de vista económico, la emigración tuvo consecuencias positivas ya que propició la capitalización y mejoró la formación profesional.
La procedencia de las inversiones extrajeras fue fundamentalmente estadounidense, suiza, alemana, francesa y británica. La inversión se dirigió a la industria química, al comercio y a la alimentación. Algunas causas de esta inversión extrajera fue la mano de obra barata existente en España y el mercado nuevo en vías de expansión. Esta inversión proporcionó nuevas tecnologías.
En agricultura, las medidas tomadas tuvieron un resultado muy lento. Aún más lenta fue la transformación de los regadíos y la de las fincas situadas en zonas de latifundio a fin de lograr una explotación más rentable.
Se puede decir que España estaba ausente de modernización.
La emigración al extranjero apartó un millón de personas activas del campo, lo que produjo una inmediata subida de los salarios agrícolas haciendo que pequeñas propiedades tendieran a desaparecer.
Los problemas en la agricultura solo se solventarían si se produciesen las cantidades oportunas de las cosechas más necesarias al menor costo posible.
Los Planes de Desarrollo fueron un intento de planificar el crecimiento económico español a lo largo de los años 60. Pero en realidad no pasaron de ser un fórmula de previsión bastante imperfecta, pues no fueron trazados por economistas, son por un hombre de la Administración como Laureano López Rodó.
El crecimiento industrial logrado en la década de los sesenta fue espectacular. Se logra explicar por la existencia de un mercado interior capaz de una gran demanda y por la apertura al exterior de la economía española.
La transformación económica de España fue tan intensa y rápida que muchos hablan de revolución o milagro español.
A comienzos de los años sesenta, España era una de las doce potencias industriales más importantes del mundo.
En 1950 España firmó un Tratado de Asociación con el mercado Común, manteniéndose con éste un tercio del comercio.
Pero también hubo problemas: el comercio exterior aún era pequeño comparado con el de los países europeos, la industria seguía estando excesivamente intervenida desde el interior y poco abierta al exterior y por último, como ya se ha comentado antes, la agricultura tenía problemas de modernización y productividad.
También la sociedad se modernizó. Hubo cambios en la demografía, migración y estratificación social.
El demografía disminuyó la tasa de mortalidad pero también la de natalidad, al igual que en Europa occidental.
Hubo muchos movimientos migratorios interiores hacia las costas y hacia Madrid. La población española se hizo cada vez más urbana.
Durante los años sesenta también se produjeron cambios en la estratificación social. Aumentó el papel del proletariado industrial especificado. Emergieron unas nuevas clases media fruto del desarrollo económico. Y por primera vez, el Estado se gastó más en educación que en el ejército en el año 1970.
      • Nueva política aperturista.
La apertura en el régimen franquista fue obra de toda una generación de dirigentes y no solo de un sector, los técnicos formaron una clientela en torno al almirante Carrero Blanco. López Rodó entró en el gobierno en 1965 procedente del Plan de Desarrollo.
El gabinete de 1965 llevó a cabo la institucionalización del régimen en un periodo muy corto de tiempo. De entre las diferentes normas creadas hay que destacar la Ley de Prensa y la Ley Orgánica.
La Ley de prensa de 1966 tuvo un efecto muy positivo y produjo la multiplicación inmediata de nuevas publicaciones. Con esta ley desaparecía el régimen de censura previa, pero el Estado podía inspeccionar las publicaciones y controlar las noticias extranjeras mediante la agencia EFE. Fue llevada a cabo con gran dureza para no mostrar un sistema en exceso tolerante.
En la Ley Orgánica se reconocía la figura del presidente del gobierno, pero el cargo no fue ocupado por nadie. La verdadera novedad era la aparición de un sector en las Cortes, el de los llamados procuradores familiares, sujetos a un tipo de elección directa, pero que exigía tomar en consideración a la opinión pública. Los puestos estaban limitados a los que contaran con cierta fortuna o tuviesen apoyos financieros.
Pronto se hicieron patentes las limitaciones a la apertura y la división interna en la clase política del régimen. El primero de estos fenómenos se hizo patente en la legislación destinada a complementar la Ley Orgánica: la Ley del Movimiento Nacional de 1969. Otra Ley de Asociaciones Políticas acabó quedando encallada.
Más importante fue la nueva Ley Sindical, que suponía una relativa democratización y pretendía convertir al sindicalismo en una especie de organización autónoma que elegiría su ministro e impulsaría una política social propia.
A la hora de elegir su sucesor, Franco barajó varios nombres pero optó finalmente por do Juana Carlos, hijo de don Juan.
El príncipe se había casado en 1962 con doña Sofía y se habían instalado al año siguiente en el palacio de la Zarzuela. Fue sometido a severas observaciones por Franco, que siempre pensó en la Monarquía como una fórmula de continuidad del régimen y no como su sustituta.
El Príncipe se dio cuenta de esta realidad y a partir de 1965 se adoptó a las circunstancias.
La decisión de Franco tardó en llegar y, fue a parar sobre don Juan Carlos, apoyado por Carrero Blanco y López Rodó. No hubo notificación previa a don Juan y la decisión fue aceptada por las Cortes.
      • Aparición de la oposición.
La oposición estaba organizada en diversos grupos que tenían como común denominador el europeísmo de todos sus componentes.
En junio de 1962 se reunieron en Munich un centenar de personas procedentes del exilio y del interior. Su objetivo era debatir una resolución sobre “España y Europa”. Los dos personajes más importantes den la reunión fueron Gil Robles, católico, y Salvador de Madariaga, republicano liberal. El único grupo importante de la oposición que no asistió fue el Partido Comunista, contrario al europeísmo.
Entonces Franco suspendió parcialmente el Fuero de los españoles y los asistentes procedentes de España fueron obligados a exiliarse o fueron confinados.
Por ese tiempo ya estaba tomando el relevo de la oposición política la oposición de carácter social. Comenzó a principios de los años 60 y no estuvo dominada por la oposición política. Además, su existencia debilitó el régimen.
La oposición social empezó como un desvío del catolicismo organizado; luego tomó la vanguardia de la protesta en el mundo universitario y, en tercer lugar, se extendió la protesta obrera.
El catolicismo organizado, más que tratarse de una alternativa global en contra del régimen, era un vehículo de reivindicaciones concretas. Se divulgó su ideario, en parte gracias a la revista Cuadernos para el Diálogo, que poco a poco agrupó al total de la oposición.
La verdadera difusión de la oposición estudiantil se produjo en los años sesenta. A comienzos de la década el sindicato oficial de estudiantes (SEU) permitió elecciones en los escalones representativos inferiores, aunque los superiores fueran nombrados desde el poder político. De esta forma se pudo producir toda un sublevación en contra del sindicato oficial a la que se unieron algunos profesores. Se comenzaron crear Asambleas de estudiantes que lucharon frontalmente contra el régimen.
En la segunda mitad de la década de los 60, el régimen parecía dar por imposible controlar las Universidades. Entre el profesorado, se había reducido drásticamente el número de partidarios del régimen.
Siempre existió una oposición sindical al franquismo, pero hasta bien entrados los años 60, la huelga era ilegal y las organizaciones obreras permanecían demasiado aisladas. Era necesaria una acción legal.
A partir de 1965 se legalizó la huelga con fines exclusivamente económicos. De las huelgas asturianas del año 1962 deriva el sindicalismo de la etapa final del franquismo e incluso el actual. Un factor decisivo que contribuye a explicar el nacimiento de un nuevo sindicalismo fue la aparición de algunos grupos obreros de procedencia católica.
El Partido Comunista obtuvo un mayor rendimiento gracias a la creación del sindicato Comisiones Obreras. De esta manera, el partido comenzó a abandonar su aislamiento de la sociedad española. Además, se hizo cargo de la dirección del partido una generación más joven. Los principales dirigentes fueron Santiago Carrillo y Fernando Claudín.
El nacional-catolicismo de la etapa anterior hacía vincular a la Iglesia con un Estado dictatorial hasta el punto que era difícil diferenciales.
A finales de los años 50 surgió una corriente autocrítica dentro del catolicismo español, sobre todo, en algunos intelectuales, que se reunieron en unas Conversaciones Católicas en San Sebastián y Gredos. Estas reuniones prefiguraron lo que más tarde sería el impacto en España del Concilio Vaticano II. Demostraron una nueva mentalidad más parecida a la del catolicismo europeo.
Sin duda fue el Concilio Vaticano II el que divulgó este tipo de posturas. Como consecuencias de éste se aprobó una Ley de Libertad Religiosa en 1967, que suponía una considerable mejora de la situación legal en España de los cultos no católicos.
Como consecuencia de la transformación de la Iglesia española, el franquismo hubo de hacer frente a esta nueva oposición que se había abierto contra él.
La disonancia entre las autoridades políticas y religiosas se agudizó en los últimos años del régimen franquista y afectó a todos los aspectos de su relación.
      • LA ÉPOCA FINAL.
      • Problemas internos.
Disminuyó la importancia del movimiento de oposición estudiantil mientras que iba cobrando más pujanza la protesta obrera. Ésta última fue la desencadenante de la represión del régimen. El aumento vertiginoso del número de huelgas vino acompañado de un aumento también de la represión.
En los últimos años del régimen franquista el sindicato obrero clandestino de mayor importancia seguía siendo Comisiones Obreras, en el que el Partido Comunista tenía clara mayoría.
Otro problema fue el del terrorismo. En 1952 surgió en el seno de la organización estudiantil vasca un grupo denominando Ekin, partidario del activismo en la acción. Este grupo atrajo a algún sector de las Juventudes del PNV. Finalmente, en 1959 nació ETA, cuyas siglas significan “Euskadi y libertad”.
Comenzó siendo una organización formada por estudiantes y plagada de debates, pero a principios de los sesenta se radicalizó su ideología. Entre 1966 y 1968 ETA se configuró como un movimiento terrorista.
La dura represión llevada a cabo por el estado de excepción decretado por el régimen franquista en 1967 provocó en ETA una mayor violencia. Como reacción el régimen publicó un decreto sobre bandidaje y terrorismo. En 1969 el estado de excepción provocó la detención de unos 2.000 detenidos.
A comienzos de 1970 pareció que se iba a liquidar al grupo ETA pero, la celebración del juicio de Burgos en contra de un grupo de militantes de esta organización produjo una reacción solidaria por parte de la oposición y de la totalidad del País Vasco.
El atentado contra el presidente del gobierno, almirante Carrero Blanco, en diciembre de 1973, estuvo planeado en un principio como un secuestro, pero ETA se dio cuenta de la imposibilidad de este acto y decidió acabar con su vida.
Pasando a los problemas internos del gobierno de 1969, se ha de mencionar antes la homogeneidad de este gobierno, que le permitió enfrentarse de una manera coordinada a los problemas que se le planteaban.
En aquellos momentos uno de los problemas clave fue el del asociacionismo político. Se acabó por aceptar la posibilidad de una reforma en sentido democrático.
En junio de 1973 Franco nombró presidente del gobierno a Luis Carrero Blanco, quien formó un gabinete algo más plural. Pero la Operación Ogro de ETA acabó con su vida en un atentado.
A la muerte de Carrero Blanco fue nombrado presidente del gobierno Carlos Arias Navarro, que no era partidario de reformas, sino de mantener lo que ya existía.
En un primer momento prometió todo un programa de realizaciones que dio lugar a grandes esperanzas.
Sin embargo muy pronto se demostraron las insuficiencias y crecientes dificultades que tenía que afrontar ese programa. Además, en octubre de 1973 se había producido un aumento de los precios del petróleo, lo que acarreó una crisis económica. También por esas fechas, alrededor de junio de 1974, entraron en crisis dos regímenes dictatoriales europeos con ciertas similitudes al franquismo, fueron el de Portugal y el de Grecia.
A sumar a estos problemas hay adicionar el empeoramiento de la salud del general Franco, que cedió temporalmente sus poderes a don Juan Carlos.
A su vuelta tras la enfermedad de 1974 del general Franco, se produjo una embestida en contra de los sectores más aperturistas del gobierno de Arias Navarro.
La protesta por la ejecución de cinco terroristas en septiembre de 1975 dio la sensación de que España volvía a las peores etapas del aislacionismo.
La oposición radical. A partir de 1973 aumentó de forma considerable la protesta social. El terrorismo se estableció incapaz de sustituir al régimen, pero mostraba la importancia del Estado en su política.
Antes de la muerte del general Franco se produjo una división del nacionalismo vasco más radical entre dos sectores. ETA politico-militar, de donde surgiría Herri Batasuna. ETA militar era partidaria del terrorismo.
Además de ETA, desde 1973, surgieron pequeños grupos de procedencia comunista prochina como, por ejemplo, los GRAPO.
La oposición moderada. Dentro de esta oposición estaban los movimientos centristas. Algunos miembros consideraban a Juan de Borbón la alternativa liberal a una Monarquía como la de su hijo, a la que atribuían una excesiva dependencia del régimen.
Otros grupos de esta oposición fueron los democristianos y los seguidores de Dionisio Ridruejo, el cual formó un grupo liberal-social que sin embargo no llegó a desempeñar un papel importante en la transición debido a su temprana muerte, poco antes que la de Franco.
En los años finales del franquismo apareció Convergencia Democrática de Catalunya, y otros grupos de oposición en el País Vasco.
También a mediados de 1973 se creó un grupo de pensamiento denominado Tácito, que publicaba sus artículos en el diario Ya y agrupaba a militantes de la oposición partidarios de la democracia.
Cabe decir que el carlismo evolucionó hacia un socialismo autogestionario.
El PSOE parecía apto para conseguir el apoyo de amplios sectores sociales pero debía tener unos dirigentes más jóvenes. El Congreso de Suresnes (1974) supuso la victoria definitiva de Felipe González sobre Nicolás Redondo. Pero el PSOE apenas tenía afiliados.
El PCE parecía destinado a desempeñar mayor protagonismo por su mayor número de afiliados y su mejor organización. Disponía además de un liderazgo claro y poco disputado -Santiago Carrillo-.
Su forma de regirse como partido tenía poco de democrática y estaba indudablemente vinculada con la Unión Socialista.
A comienzos de los años setenta hubo un PCE marxista-leninista de tendencia prochina. Y una derivación de él practicó el terrorismo (el FRAP).
Entre los grupos de la oposición moderada hubo intentos de establecer una acción conjunta. Algunos dieron resultado y surgieron, entre otras, la Junta Democrática y la Plataforma de Convergencia Democrática.
      • Descolonización.
El ministro de Asuntos Exteriores desde 1969 hasta 1973 fue Gregorio López Bravo. Sus sucesores (López Rodó y Cortina Mauri) duraron demasiado poco como para poder definir una política propia.
La relación con EE.UU. siguió siendo una pieza esencial en la diplomacia del régimen. Pero España quería el apoyo de éstos para entrar en el Mercado Común o en las reivindicaciones de Gibraltar, mientras que los EE.UU. pedían apoyo para vencer el comunismo. En 1970 firmaron un acuerdo ambas partes que insistía en los aspectos culturales y económicos más que antes.
En cuanto a Europa, España se abrió al Mercado Común y por primera vez lo hizo a los países del Este.
Respecto de la descolonización, España buscó apoyo para conseguir hacer suyo Gibraltar, pero de poco le sirvió el apoyo conseguido de la ONU.
Mientras tanto se llevaba a cabo la verdadera descolonización española en África. En los sesenta, Guinea ya no pudo resistirse más al proceso histórico que vivía el continente. En 1963 se le concedió cierta autonomía y en 1968 se votó la independencia en un referéndum. En 1969 también fue cedida Ifni.
En octubre de 1975 España se disponía a realizar un referéndum sobre la independencia del Sahara, pero el rey de Marruecos reaccionó organizando la llamada “Marcha Verde”, donde civiles desarmados se agolparon en las fronteras para presionar a la potencia administrativa.
      • Muerte de Franco.
A partir de mediados de octubre de 1975 Franco sufrió sucesivos infartos: el 3 de noviembre fue operado de una peritonitis.
La crisis económica empeoró por una subida grande de los precios del petróleo. Además, el crecimiento económico de los años anteriores había creado una expectativas que no tenían en cuenta las posibles debilidades a corto plazo.
La debilidad política del régimen hizo que se retrasaran las respuestas en el terreno económico. El paro no había sido un problema grave en la economía española hasta el momento, pero en 1975 alcanzaba ya el 5%.
En la clase política más joven existió una creciente tendencia a considerar que la democracia era inevitable. También en la vida social española comenzaron a ganar peso valores como la justicia, la libertad y la democracia.
En la fase final del franquismo hubo dos fenómenos muy característicos, como son la homologación de las inquietudes con las de otros países europeos y la recuperación de las tradiciones culturales perdidas como consecuencia de la guerra civil. También en este periodo se recuperó parte del mundo exiliado español.
En esta época surgió un peculiar espíritu que empujaba al abandono del realismo y a la búsqueda de la subjetividad y del experimentalismo.
El 20 de noviembre de 1975 murió el general Francisco Franco tras 39 años de dictadura. Su cuerpo yace en la Basílica del Valle de los Caídos, en Madrid.
Inmodesto provocativo.

Alcanzó una posición social superior a su calidad.

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