Contextos
Es muy común y
coincidente datar su origen en la Grecia del s.VI adC. aproximadamente. Sin
embargo, si tenemos en cuenta que la invención de la escritura lo fue en torno
a hace 4000 adC, es muy posible que una especie de especulación pre-filosófica
estuviera presente en muchas culturas. Así, se ha asumido durante mucho tiempo
que, la filosofía, tuvo un origen y diseminación europeas, cuestión harto
difícil de afirmar por cuanto, por ejemplo, Lao-Tsé -chino-
era coetáneo de Sócrates y Platón -griegos-.
Probablemente, existieron soluciones diferentes al problema que planteaban unas
leyendas que en poco o en nada satisfacían a los hombres, asimismo, expresadas
en distintos lugares del globo y sin conexión directa entre sí. Es muy curioso,
en este sentido, que los primeros que usaron las palabras filosofía o filósofos fueron adjudicadas a
personas que no pertenecían a la metrópoli (Atenas)
sino a sus colonias: Mileto, Sicilia, Éfeso... Es decir, a aquellas personas
que estaban en contacto directo con culturas y formas de pensamiento distintas
a la tradición ateniense hasta entonces.

Existe también el
problema de que la filosofía -tanto
en origen como en algunas tendencias posteriores- no es algo tan alejado de
la Religión como
aparentemente quieren hacer ver algunos. En primer lugar, si no hubiera
existido una amplia y profunda especulación sobre la religión (es decir, sobre
la primera explicación del universo), no hubieran existido mimbres conceptuales
con los que construir otro modo de pensar. En segundo lugar, los primeros
filósofos, en general, (y algunos otros después), no dejaban de albergar
principios religiosos ni en sus tesis ni en su vida cotidiana. Finalmente, la
religión daba ideas aunque con aplicaciones opuestas. Verbi gratia, el Monoteísmo y
la Monolatría (inventadas
en el tiempo antes que la filosofía)
dieron pie a la síntesis de un solo principio cosmogónico.
Lo que sí hay que
reconocer es que en la Grecia Antigua se alcanzó y se desarrolló un tipo de
pensamiento -el filosófico-
cuya influencia posterior es innegable, distinto y diferenciado al pensamiento
religioso o mítico. Y a
eso nos vamos a referir con la expresión origen de la filosofía. Este origen hay que contextualizarlo en
el antropomorfismo de
la misma religión griega de ese tiempo, donde su esencia era una especie de
dualidad entre lo divino y lo humano (véase Hesíodo en
su Teogonía). Este
acercamiento del hombre al mismo origen de las cosas trajo consigo el empezar a
enunciar la causa inicial del mundo en otros principios fundamentales de la
realidad distintos a los referidos a cualquier divinidad o fuerza mágica;
porque, en sí, lo que hacía funcionar al mundo, podría alcanzarse por medio de
la razón y no por un acto de fe. Dicho de otro modo, la fe no bastaba para
explicar el universo porque su explicación, en esos tiempos, ya resultaba poco
creíble a través de los mitos y
la magia. De ahí que, los
hombres más inteligentes de la época, comenzaran a pensar de otro modo para
explicarse a sí mismos y a lo que ocurría a su alrededor.
Muchos de los
conocimientos que se poseían en la época procedían de Egipto y Babilonia y, de
hecho, los griegos no pocas veces se consideraron herederos de tales
civilizaciones que, en cierto modo, admiraban. Si bien, ninguna de estas
culturas ofrecía especulaciones sobre el mundo de tipo filosófico, derivando a la religión
cualquier producto referido al principio de los tiempos. La originalidad griega
fue, en este sentido, única. Sin embargo, en el contexto, la tecnología
existente de aquélla, sin duda tuvo algo que ver a la hora de cambiar los
métodos (la fe por la razón). Hay que tener en cuenta que, el comercio, los
nuevos contactos y conocimientos geográficos y la conexión con otras civilizaciones
y actitudes ante la vida (a partir sobre todo del s. VII adC), convencieron a
los griegos de esos tiempos de que cada pueblo y cultura tenía distinta
perspectiva religiosa y ritos contradictorios respecto a los suyos propios; con
lo cual, si la realidad y el mundo obedecían a las mismas reglas (seguía
saliendo el sol, los ríos fluían igual, se comía carne y pescado también y
cosas similares), era muy razonable pensar que los fundamentos del mundo debían
asentarse en bases diferentes a las religiosas (tan variadas y verdaderas como pueblos
visitaban y conocían).
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