El positivismo clásico
del siglo XIX de A. Comte (1798-1857), Ernst Laas (1837-1885) y E. Mach
(1838-1916) se caracteriza por:
- El empirismo. Todo
conocimiento se reduce por completo a sensaciones sensibles. E. Laas afirma "no conoce más
fundamentos que los hechos positivos, es decir, la percepción exterior e
interna". Toda la realidad física y síquica está constituida
exclusivamente por complejos
de sensaciones sensibles. Hasta se pretendió explicar
empíricamente la lógica formal.
- El materialismo. Rechazar
todo cuanto no sea sensible-material. En consecuencia se exponen y
resuelven de forma empírica y materialista los temas de la razón, el
espíritu, Dios, etc.
- Cienticismo. Con pasión
ilustrada se proclama una incondicional credibilidad científica. Ciencia es única y exclusivamente
la ciencia empírica particular, y sobre todo la ciencia exacta de la
naturaleza. La filosofía es simplemente una sierva de las ciencias y su
tarea es formular unas síntesis con los resultados de las ciencias
particulares.
Se hicieron famosos
los tres estadios de A. Comte: el teológico, el metafísico y el positivista,
que explican la evolución de la humanidad. El positivista se cree resultado del
progreso humano; sólo con él la humanidad supera la superstición religiosa y la
metafísica. Desde ese p a J o s se comprende el afecto
antimetafísico y antirreligioso de muchos positivistas.
10.2.2.
WITTGENSTEIN I
El austríaco Luis
Wittgenstein (1881-1951) es conspicuo representante de la filosofía actual;
estuvo condicionada por el desarrollo de la lógica formal desde 1850, que
alcanzó su punto más alto en la monumentalPrincipia Mathematica (1910-1913) de Alfred N. Whitehead
(1861-1947) y Bertrand Russell (1872-1970). Su obra titulada Tractatus logico-philosophicus (1921)
es un libro con axiomas numerados.
Wittgenstein parte
del atomismo lógico de
su amigo B. Russell, para quien el mundo es "el conjunto de hechos, no de
cosas" (Tractatus). Él afirma: "el caso, el hecho, es la permanencia
de un estado de cosas... El estado de cosas es una conexión de objetos (cosas)...
Es esencial a la cosa el poder ser parte integrante de un estado de
cosas". La lógica trata de la posibilidad de unos estados de cosas,
mostrando cuáles son posibles y cuáles no lo son. Indica esa posibilidad de un
modo puramente formal.
Todo
conocimiento es reproducción. El conocimiento es posible
porque lo lógico abarca dos realidades: una forma de realidad (posibilidad formal de estados de cosas);
y una forma de reproducción (del
pensamiento). Él afirma: "lo que cualquier imagen, de cualquier forma que
sea, ha de tener en común con la realidad para poder ser reproducida - de un
modo correcto o falso - es la forma lógica, que es la forma de la realidad. La
imagen lógica de los hechos es la idea. El conjunto de las ideas verdaderas
constituye una imagen del mundo. En la proposición se expresa la idea
perceptible sensiblemente. La proposición es una imagen de la realidad".
Por ser la lógica
forma y reproducción de la realidad, puede decirse que: "La posibilidad de
la proposición descansa en el principio de la representación de los objetos
mediante signos. Mi idea fundamental es que las "constantes lógicas"
no representan, porque "la lógica de los hechos no se deja
representar".
Así pues, todas las
proposiciones lógicas constan de dos
elementos: primero, la forma lógica, que es a la vez forma de la
realidad; y, segundo, unos signos, que representan los objetos reproducidos en
las ideas. También podemos formularlo así: Todas las proposiciones con sentido
contienen exclusivamente:
a. conceptos
empíricos (experiencias que constituyen las cosas) y
b. funciones lógicas, que enlazan los conceptos empíricos.
b. funciones lógicas, que enlazan los conceptos empíricos.
Con ello se deja la
suerte en favor del empirismo. Y la consecuencia del cienticismo se hace
asimismo inevitable, afirma: "el conjunto de las proposiciones verdaderas
constituye toda la ciencia natural (o el conjunto de las ciencias de la
naturaleza)". Wittgenstein define el papel de la filosofía como servidora
de las ciencias naturales; no es una doctrina ni una ciencia; su tarea es el
análisis lógico del lenguaje científico-natural; "el objetivo de la
filosofía es el esclarecimiento lógico de las ideas. La filosofía no es una
doctrina, sino una actividad. Una obra filosófica consta esencialmente de
aclaraciones. El resultado de la filosofía no son unos 'axiomas filosóficos',
sino la clarificación de principios. La filosofía debe clarificar y delimitar
netamente las ideas que, de otro modo, se harían de algún modo grises y
borrascosas. El verdadero método de la filosofía sería realmente el de no decir
más que lo que puede decirse, es decir, axiomas de la ciencia natural - es
decir algo que nada tiene que ver con la filosofía -, y después, cuando alguien
quiera decir algo metafísico, probarle que en sus axiomas no ha dado ninguna
significación a ciertos signos. Este método sería insatisfactorio para el otro
- no tendría la sensación de que le enseñamos filosofía - pero sería el único
realmente correcto" (Tractatus logico-philosophicus).
Wittgenstein
rechaza la concepción positivista de que la lógica sea una ciencia empírica y
que consista simplemente en la generalización de unos hechos concretos
observados. Afirma que la lógica es totalmente independiente de la experiencia;
pero, sus axiomas son tautológicos,
es decir, no dicen nada en absoluto.
La posición de Wittgenstein
puede entenderse como filosofía del espíritu, empíricamente reducida. En lugar
de la idea aparece la lógica formal tautológica. El yo se reduce a la
quintaesencia de las proposiciones reductoras, lógicamente estructuradas
(ciencia natural), y el ser se reduce a la quintaesencia de unos estados de
cosas reproducibles, lógicamente estructurados (realidad). Al reducir el
triángulo platónico, Wittgenstein en su filosofía abrevió las tres
orientaciones del planteamiento filosófico. Y el neopositivismo de hecho se
reafirma en esa reducción.

"El campo
visual no tiene en efecto una tal forma" (fig. 1)
Más bien podría
entenderse en el sentido de la fig. 2
La quintaesencia de
lo pensable la identifica con el conjunto de la ciencia natural. La frontera de
lo pensable es la frontera del lenguaje, que reproduce los hechos (empíricos).
"Las fronteras de mi lenguaje representan las fronteras de mi mundo".
A Wittgenstein se plantea la cuestión filosófica del yo por las condiciones de
la experiencia en el sujeto. Y ésta es la respuesta: "el sujeto no
pertenece al mundo, sino que constituye una frontera del mundo... ¿En qué lugar
del mundo se puede advertir un sujeto metafísico? Tú dices que aquí se comporta
exactamente igual que con el ojo y el campo visual. Pero realmente tú no ves el
ojo. Y nada en el campo visual permite concluir que es visto por un ojo".
De modo totalmente
parecido argumenta Wittgenstein respecto de la problemática axiológica que
plantea la filosofía práctica:
"El sentido del mundo debe estar fuera de él. En el mundo todo es como es
y todo ocurre como ocurre; en él no
existe ningún valor, y si lo hubiera no tendría valor alguno. Si existe un
valor, que tenga valor, tiene que existir fuera de todo acontecer y de todo
ser-así. Porque todo acontecer y todo ser-así es aleatorio. Lo que lo hace no
aleatorio no puede estar en el mundo,
pues de otro modo volvería a ser aleatorio. Ha de estar fuera del mundo".
Sobre el problema
de Dios y lo religioso afirma: "Cómo sea el mundo es algo totalmente
indiferente para lo superior. Dios no se revela en el
mundo". "Los hechos pertenecen todos exclusivamente a la tarea, no a
la solución". "Lo místico no es cómo es el mundo, si no el hecho de que exista". "La visión del mundo sub
specie aeterni (bajo el aspecto de lo eterno) es su contemplación como un todo
- limitado -. El sentimiento del mundo como un todo delimitado es lo
místico". "Para una respuesta que no puede expresarse no existe
tampoco una pregunta expresable. No existe el enigma. Si puede formularse una pregunta,
es que se puede contestar". "De todos modos existe lo inefable, que
se muestra, y ello es lo místico".
Wittgenstein se
enfrenta a la problemática clásica de la filosofía, el triángulo platónico: la
problemática del mundo (ser), del alma (yo) y de Dios (idea), así como la
problemática de sentido de la libertad (praxis) están presentes. Se muestran. Pero son inefables. No permiten una pregunta
ni una respuesta. Es la famosa conclusión del tratado: "Mis proposiciones
aclaran por cuanto que quien me entiende a mí, al final los reconoce como
absurdos, cuando gracias a ellos - apoyándose en ellos - los sobrepasa. (Por
así decirlo, tiene que rechazar la escalera después de haberse subido en ella).
Tiene que superar esas proposiciones, y entonces tendrá una visión correcta del
mundo". "De lo que no se puede hablar, mejor es callarse".
10.2.3. EL
NEOPOSITIVISMO DEL CÍRCULO DE VIENA
La escuela
neopositivista, que se formó bajo la influencia del tratado de Wittgenstein, se
presentó en 1929 con el escrito Wissenschaftliche Weltauffassung - Der Wiener
Kreis (Concepción científica del mundo - el Círculo de Viena). Los
representantes más importantes del mismo fueron: M Schlick, O. Neurath, R.
Carnap, V. Kraft, H. Hahn, H. Reinchenbach, K. Popper, H. Feigl, etc.
Los neopositivistas
son empiristas lógicos; cientifistas radicales.
Consideran que las ciencias naturales y exactas son ciencias por antonomasia.
Todas las otras deben transformarse en la única ciencia unitaria en el sentido que señala el método de las
ciencias exactas de la naturaleza. Su propósito es construir el sistema de las
ciencias en definitiva con elementos:
- vivencias elementales
empíricas (sensibles), y
- conexiones lógico-formales
(en la línea de Wittgenstein I).
Sobre bases del
cientifismo se llaman neopositivistas y filósofos científicos. Al ubicarse en la doctrina de los tres estadios de
Comte piensan que la verdadera (científica) filosofía sólo ahora ha sido
posible. Por eso condenan la mayor parte del quehacer filosófico, desde Platón
a Hegel, como acientífico.
Los méritos del positivismo están en el terreno de la investigación lógico-formal, por una parte, y por
otra, en el de lametodología y
la teoría de la ciencia.
10.2.3.1. EL
CRITERIO DE SENTIDO
Se trata del
problema: bajo qué condicionamientos unas afirmaciones tienen pleno sentido científicamente. Para
Wittgenstein, la significación de una frase está en el método de su
verificación, es decir, está en el método con el que se puede mostrar cuándo es
verdadera y cuándo falsa. Según Wittgenstein y el neopositivismo, sólo son
admisibles unos métodos empíricos.
Y Rudolf Carnap (1891-1970) recoge la idea y la precisa: una frase tiene
sentido cuando:
- no aparecen en ella
palabras absurdas, o sea, palabras para las que no pueden darse unas
características empíricas, y
- cuando la frase está formada con corrección
sintáctica.
El primer criterio
es empírico y el
segundo lógico. Carnap aduce un ejemplo: alguien utiliza el predicado babig (una palabra que
evidentemente carece de todo sentido) y divide las cosas en babig y no babig.
Si se le pregunta en qué condiciones puede calificarse de babig una cosa,
responde que no lo puede decir, pues que la condición de babig es una propiedad
metafísica. Y, según Carnap, iguales a babig son también palabras como "Dios",
lo "absoluto", la "nada", etc. que no tienen sentido. Para
las frases, en que aparecen palabras de esa índole, no hay ningún método de
verificación. Por otra parte, se puede considerar como perfectamente cargada de
sentido la frasee "en esta nube se sienta Júpiter". En efecto, si el
trueno se interpreta como el rugido de Júpiter, tendríamos una nota empírica
para "Júpiter".
En las afirmaciones
absurdas entran las frases formadas de
modo contrario a la sintaxis, por ejemplo "César es un número
primo" o "la nada nadea" (Daas Nichts Nichtet, Heidegger).
Carnap quiere decir
que fuera de las ciencias existen otras actividades humanas, como por ejemplo
la religión y el arte y que ellas no son ciencia ni pueden pretender serlo.
Entonces el concepto de ciencia está determinado por el cientifismo. Para Carnap la
metafísica es la expresión de un determinado sentimiento de la vida, que
legítimamente se manifiesta en forma religiosa o artística. Pues los
metafísicos mezclan religión y poesía con ciencia y preparan unos productos que
científicamente carecen de sentido y no tienen ningún valor tanto en el plano
religioso como artístico. Son como músicos sin talento musical.
El neopositivismo,
al criticar la metafísica:
- empieza por establecer de
manera acrílica un concepto de ciencia empírico y cientifista;
- a partir de ese concepto de
ciencia establece un criterio de sentido;
- desenmascara como absurdo y
sin sentido todo cuanto no responde a ese concepto de ciencia.
Karl Popper (1902-
) criticó la concepción del criterio empírico de sentido y demostró que sobre
la base de ese criterio de sentido habría que considerar absurdos no sólo los
principios metafísicos sino también los principios de las ciencias de la
naturaleza. Con ello se recurrió a la vieja idea de David Hume (1711-1776),
cuyo contenido esencial era: las ciencias de la naturaleza formulan unas leyes
naturales como axiomas
universales; pero los axiomas
universales y empíricos
no son verificables. Y si el sentido de un principio es el método de su
verificación (empírica), esos principios universales y empíricos resultan
absurdos. Es célebre el ejemplo de "todos los cisnes son blancos",
mientras no se descubrió en Australia cisnes negros.
Popper distingue
los principios científico-naturales de los metafísicos no mediante una posibilidad de verificación empírica,
sino mediante la falsabilidad empírica. Los axiomas
científico-naturalescientífico-natutales son de tal índole que, mediante la
observación, podrían demostrarse como falsos. Sin embargo, los principios metafísicos
no son empíricamente falsables, por lo que resultan absurdos. Pero la discusión
sobre el criterio de sentido no se cerró, pues según la teoría de Popper, todas
las hipótesis existenciales serían absurdas o metafísicas; por ejemplo, la
hipótesis que de que existen todavía planetas no identificados.
Carnap ensayó una
nueva concepción del criterio de sentido sustituyendo la verificabilidad por
la posibilidad de confirmación o
revisibilidad. El criterio de sentido se hacía esencialmente más tolerable. Y podría
formularse con W. Stegmüller así: Para que una afirmación "pueda
calificarse empíricamente de sensata es necesario y suficiente que tal
afirmación forme parte integrante de un lenguaje empírico, es decir, de un
lenguaje construido con unas reglas precisas de sintaxis, cuyo conjunto de
afirmaciones sea capaz de confirmación", (Hauptströmungen der
Gegenwartsphilosophie, 1978).
Pero esta
concepción más tolerante hizo necesario un ablandamiento. Se notó que los
denominados "conceptos disposicionales" (por ejemplo, "soluble
en agua", "cargado de electricidad", "rompible") e
incluso conceptos como "longitud", "temperatura",
"masa", "electrón", "función-y de Erwin
Schrödinger (1887-1961)", etc., ofrecen dificultades; ya que no pueden
reducirse ni confirmarse sin más con unos predicados básicos observables.
G. Patzig resume la
problemática del criterio de sentido así: "... o bien el criterio
empírico de sentido es de por sí una proposición absurda, porque no pertenece a
ninguna de las dos clases de proposiciones con sentido, establecidas por el
mismo (es decir, que no es una proposición lógica ni tampoco empírica - una
consecuencia que Wittgenstein redujo valientemente al absurdo en su Tractatus,
aplicándola a todos los principios filosóficos, incluyendo los suyos propios -;
o bien es un simple proyecto de regulación del uso lingüístico; en cuyo caso
nadie necesitaría regirse por él, si prefiere regirse por otro uso lingüístico,
como podría ser el tradicional. Tras el fracaso de ambas concepciones quedan
todavía otras dos: cabría entender el criterio empírico de sentido cual
afirmación del empleo efectivo de las expresiones "proposición con
sentido", "afirmación científica", etc. En tal caso sería
ciertamente una proposición empírica falsa. Finalmente, en el principio de
Carnap podría verse el intento de trazar una línea divisoria clara, que
discurre entre unas proposiciones lógico-matemáticas o empírico-científicas, de
un lado, y las proposiciones de la metafísica, del otro. Esta última exposición
es la que, a mi entender, más se acerca a las intenciones de Carnap; aunque
tampoco en esta interpretación puede que su intento no se considere logrado:
primero, porque la frontera por él trazada no discurre por donde con buenas
razones cabría suponer; y segundo, porque no basta con haber trazado la
frontera para calificar de absurdos unos principios metafísicos" (en
Scheinprobleme in der Philosophie de Carnap, 1976).
10.2.3.2. CÍRCULO
DE VIENA: FILOSOFÍA ANALÍTICA
El criterio de
sentido aclara el desarrollo del neopositivismo y que lo básico de la filosofía
es "la historia de una revisión permanente de las posiciones básicas
desarrolladas en cada momento, revisión que se impone con una necesidad
inmanente" (E. Heintel). Pues la problemática, desde el triángulo
platónico, no pueda eliminarse de manera simple como suponían los
neopositivistas del Círculo de Viena.
¿Qué es realmente
lo que en origen nos viene dado
de manera empírica? ¿Es la cosa física o la vivencia síquica? En la obra Der logische Aufbau der Welt (La
construcción lógica del mundo, 1928) Carnap elegía una denominada base
propiamente síquica. Es decir, que la fundamentación originaria de los
conceptos empíricos se da en unas vivencias
síquicas elementales.
Ejemplo: observo a
una vaca parda paciendo. Se trata de un contenido empírico. La discusión de los
neopositivistas versaría sobre qué es propiamente la base empírica: ¿el
contenido físico que
puede expresarse con la frase "una vaca parda está paciendo", o el
contenido síquico, o,
lo que es lo mismo, mi vivencia observadora de que la vaca parda come hierba?
Carnap optó por la segunda solución. Y con ello defendía un solipsismo
metodológico; es decir, se limitó exclusivamente a la propia psique del
científico.
Y las consecuencias
de ese solipsismo metodológico se revelaron fatales: la física venía a
convertirse en una disciplina de la sicología, la intersubjetividad (o comprobabilidad de los principios de
observación por otros sujetos) quedaba eliminada y nadie podría ya decir qué
tienen que ver las ciencias naturales con la naturaleza. Por ello Popper
rechazó la base síquica propia y abogó por un lenguaje del mundo de las cosas y
de los cuerpos. Pero entonces se corría el riesgo de convertir a la sicología
en una disciplina de la física, pues lo síquico podía entenderse simplemente
como una conducta externa y perceptible de modo intersubjetivo. ¿Cómo expresar,
por ejemplo, un dolor de muelas en el lenguaje del mundo de los cuerpos?
El problema de la
filosofía del yo (transcendental) y de la filosofía de ser (ontología) no
pueden eliminarse. Con la exclusión de esos problemas síguese esta
consecuencia: tropezamos con una base del dato empírico, sin que podamos decir
si está dado ni si entra en el dato. Tendríamos unas manifestaciones sin sujeto
al que se manifiestan y sin un ser que se manifiesta a través de las mismas.
La filosofía
analítica ha dejado de lado buena parte las posiciones radicales del
neopositivismo. Las relaciones de la filosofía analítica con la metafísica se
han hecho mucho más tolerantes en múltiples aspectos. W. Stegmüller escribe:
"Hay que esperar, por consiguiente, que la visión del aludido
polifacetismo de todo el denominado problema de la metafísica conducirá a que
ceda una mutua polémica que carece de bases; hará que, por una parte, el empirista
no defienda, más allá de cuanto puede demostrar, unas tesis que sólo puede
apoyar en unos argumentos metafísicos que él rechaza, y, por otra, que el
metafísico, desde su miedo infundado a las contribuciones positivas que los
pensadores empíricos han hecho a la lógica y a la teoría de la ciencia - y que
desde luego nada tienen que ver con su posición antimetafísica -, no vea un
"engendro positivista diabólico" que sólo puede servir para destruir
su sistema" (obra citada).
10.2.4. EL
RACIONALISMO CRÍTICO
El racionalismo
crítico dirige su crítica ideológica contra la pretensión totalitaria (el deseo
de explicar el universo) de las cosmovisiones, y está empeñado en desenmascarar
como ideologías al marxismo y otras muchas doctrinas filosóficas de la tradición
y con frecuencia también a las religiones.
Los representantes
principales de esta corriente son K. Popper, H. Albert y E. Topitsach, entre
otros.
Aquí no se trata
tanto de la doctrina cuanto de un planteamiento metodológico, de una actitud
espiritual. Por ello es fácil compendiar las ideas fundamentales del
racionalismo crítico: unas teorías científicas no son demostrables por principio. No aprendemos a partir
de unos conocimientos e intuiciones, sino desde los errores. Se da el proceso científico por el hecho de
que intentamos falsar las
teorías científicas existentes. No existe una última fundamentación del saber.
Y no nos queda otro camino que mejorar paso a paso lo existente demostrando y
distinguir lo que hay en ello de falso.
De este modo, el
racionalismo crítico deja de lado el punto de vista neutral de la filosofía,
defendido por muchos filósofos, por lo que mira la realidad política y social;
"no puede resignarse a frenar ante las fronteras de cualquier tipo que
sean, ni ante las fronteras de las disciplinas científicas ni ante ningún campo
social que, gracias a la costumbre y la tradición o a un blindaje consciente,
parece estar inmunizado contra una crítica racional" (H. Albert). Así
pues, la racionalidad crítica se halla comprometida.
El punto central de
ese compromiso es la crítica de las ideologías. Cualquier pretensión de
sentido, que se hace valer en el Estado, en la Sociedad, la Iglesia y la
ciencia, cualquier doctrina y cualquier opinión han de someterse al juicio de
la racionalidad crítica. Con esto la crítica tiene dos direcciones de ataque.
- Apunta contra todas las
doctrinas y pretensiones de sentido no falsables, intentando desenmascararlas como absurdas o
irracionales.
- Se dirige asimismo contra
las doctrinas falsables en sí, que sobre la base de ciertas estrategias e
intereses se han acorazado o inmunizado
contra la crítica.
En ese sentido
corresponde al racionalismo crítico un cierto rasgo agresivo e ilustrado.
Pese a lo cual no
se puede desconocer su importancia positiva: la filosofía es una ciencia racional y crítica. No puede darse ninguna
pretensión de sentido, ninguna doctrina, ninguna teoría, que pueda enarbolar
legítimamente la pretensión de inmunidad a la crítica. La misma honradez
intelectual obliga a examinar críticamente las pretensiones de sentido antes de
adoptarlas. Nada puede ser tan santo, tan honesto, que no pueda ser puesto en
tela de juicio y examinado de un modo racional y crítico. Frente a experiencia
de ideologías inmunizadas-estatales (nacionalsocialismo, marxismo-leninismo),
el racionalismo crítico subraya con razón que todo dogmatismo, toda estrategia
de inmunización ha de ser sometido implacablemente a la crítica.
Pero entonces se
sigue este problema: el concepto crítico de los racionalistas críticos depende
en definitiva del principio de falsación formulado por Popper (ver El criterio
de sentido). Ese principio se halla en un contexto empírico y cientifista,
afirmando entre otras cosas que es
irracional o absurdo todo cuando no se puede falsar empíricamente (por
alguna ciencia particular). Cuando los racionalistas críticos lo afirman, esa
su afirmación se convierte a su
vez en un dogma, necesitado de crítica. Ya Aristóteles sabía que el
método de la demostración de una cosa depende de lo que se trate. Las teorías
filosóficas, como la metafísica de Aristóteles o la filosofía transcendental de
Kant, por ser teorías no empíricas de lo empírico, es evidente que no pueden
comprobarse o falsarse empíricamente. Más, como pretenden transcender la
experiencia por la vía de una racionalidad y coherencia absoluta, les
corresponde una posibilidad de crítica de distinta índole, que no es empírica
(experimental, pronostica), mas no por ello menos racional.
Así pues, si el
racionalismo crítico no quiere ser a su vez un dogmatismo inmune a la crítica,
debe diferenciar filosóficamente su concepto de la misma, pues de otra forma se
vería obligado a declarar irracionales y absurdas de modo crítico-dogmático
unas teorías filosóficas y teológicas de máxima racionalidad por el hecho de no
poder entenderlas desde el punto de vista de sus supuestos.
10.2.5.
WITTGENSTEIN II
Si el Tractatus de
Wittgenstein ejerció decisiva influencia sobre el empirismo lógico y el
neopositivismo, sus "Philkosophischen Untersuchungen"
(Investigaciones filosóficas, 1952) póstumas fueron de gran importancia para la
moderna lingüística y
la filosófica del lenguaje. Describe determinadas leguas ya dadas y muestra
cuáles son las normas de su uso correcto. Así pues, el pensamiento del último
Wittgenstein constituye una vuelta
al lenguaje, que será característica del quehacer filosófico desde 1960.
Wittgestein I y el
Círculo de Viena desarrollaron un lenguaje
ideal, artificial y formalista, mediante la lógica formal. Esa lógica
debía eliminar las incongruencias, anfibologías y matices del lenguaje cotidiano, resultando así
perfectamente claro e inequívoco. Wittgenstein II descubre que es imposible
separar el significado de
las expresiones del uso que
de las tales se hace en el lenguaje vivo. "Todo signo, afirma, si aislado,
parece muerto. ¿Qué es lo que le confiere la vida? El uso es lo que le hace
vivir" (Inves. Filosó.)
Lo que una
expresión significa depende de cómo se emplea en un lenguaje determinado. Y cómo se emplea una expresión en
una determinada lengua, lo enseña la gramática de esa misma lengua, que
comprende las reglas del juego que la rigen. Por ello afirma: "La esencia
está expresada en la gramática... Es la gramática la que dice el tipo de objeto
que es una cosa... La gramática no dice cómo haya de constituirse el lenguaje,
para que llene su cometido, para que actúe sobre la gente de éste o del otro
modo. Describe simplemente, sin que explique en modo alguno el empleo de los
signos... La explicación del significado explica el empleo de la palabra. El
empleo de la palabra en el lenguaje es su significado. La gramática describe el
uso de las palabras en la lengua. Se comporta, pues, con el lenguaje de modo
parecido a como lo hacen la descripción de un juego, las reglas del juego, con
el juego en cuestión" (Inv. Filos.).
Su comparación
entre lenguaje y juego es de capital importancia. Retoma lo sustentado por
Stegmüller: "Un 'juego lingüístico' consiste en el caso normal de una
secuencia de manifestaciones lingüísticas, en la que entran además una
determinada situación externa y las más de las veces también otras
acciones".
Por ejemplo, juegos
lingüísticos son: mandar y actuar según el mandato, describir un objeto por su
apariencia o por sus dimensiones, inventar una historia, hacer un chiste, etc.
Quien entra y colabora en un juego lingüístico, entra en una forma de vida. El lenguaje es una
forma de vida. El lenguaje es algo último, más allá de lo cual no se puede ir.
"Todo se dirime en el lenguaje", que constituye "el vehículo del
pensamiento".
Para Wittgenstein
entre el análisis lingüístico y la filosofía existen unas relaciones similares
a las que median en el Tractatus entre la ciencia natural y la filosofía. Por
ello afirma: "La tarea de la filosofía no es crear un lenguaje ideal, sino
explicar el uso lingüístico del lenguaje existente" (Filosofía y
Gramática). "La filosofía no debe manipular en modo alguno el empleo
efectivo del lenguaje, lo único que puede hacer en definitiva es describirlo.
Porque tampoco puede razonarlo, sino que todo lo deja como es" (Invest.
Filos.).
Considera a la
filosofía como una lingüística o una ciencia particular que tiene importante
tarea terapéutica: curar a
los filósofos de todo tipo de "problemas filosóficos", porque dan a
las expresiones un significado distinto del que tienen en el lenguaje. Pues los
problemas filosóficos clásicos son seudoproblemas; son desviaciones debidas al uso del lenguaje.
Los filósofos son gente que, cuando oyen decir "está lloviendo",
preguntan "¿Quién llueve?"; gentes que cuando leen que la mantequilla
sube de precio, quieren fijar la mantequilla. La terapéutica lingüística podría
mostrar a tales filósofos cómo ciertas expresiones (por ejemplo,
"ser", "yo", "real", "nada", etc.) han
de emplearse rectamente de conformidad con las reglas de la gramática.
En "Investigaciones Filosóficas" pregunta:
"¿Cuál es tu meta en la filosofía? Mostrar a la mosca la salida del
cristal". Y continúa: "Los problemas derivados de la falsa
interpretación de nuestras formas lingüísticas tienen carácter de hondura.
Representan unas inquietudes hondas; hunden sus raíces en nosotros como las
formas de nuestro lenguaje, y su significado es tan grande como la importancia
de nuestra lengua. Nos preguntamos por qué percibimos como hondo un chiste
gramatical.... Nosotros devolvemos las palabras de su empleo metafísico a su
empleo cotidiano ... Los resultados de la filosofía son el descubrimiento de
cualquier simple locura o ronchón que la inteligencia se busca al chocar con la
frontera del lenguaje. Son esos ronchones los que nos permiten conocer el valor
de dicho descubrimiento".
Surge así la misma
situación que se nos presentaba al final de Tractatus: "De lo que no se
puede hablar, mejor es callarse".
10.3. NEOMARXISMO Y
LOS FILÓSOFOS NUEVOS
Las concepciones
neomarxistas son una conexión de ideas de Marx (sacadas de sus escritos de
juventud) con modernas teorías filosóficas (anárquicas y existencialistas) y
sicológicas (sobre todo psicoanalíticas). Durante algún tiempo el pensamiento
neomarxista alcanzó una gran resonancia entre la juventud académica.
Pese a la variedad
multifacética, existen algunas tendencias básicas comunes:
- Giro antropológico.
Alentados por el existencialismo y horrorizados por los resultados del
comunismo estatal de la Europa del Este, muchos neomarxistas volvieron a
los escritos primeros de Marx, logrando una imagen del hombre mucho más
rica que la del marxismo-leninismo ortodoxos. El hombre ocupa el centro
de interés, como persona
creadora y libre,
autónoma y con su propia responsabilidad. El hombre, objeto de opresión y
despojo por parte del capitalismo tardío, manipulado en el sistema
tecnológico, debe desarrollar individual, existencial y libremente en
todo dominio.
- Crítica. El giro
antropológico critica lo existente y sostiene que la realidad es
irracional e inhumana. No se trata de una crítica a los abusos
individuales y de la necesidad de remediarlos; más bien se trata de la
crítica a toda la organización social del capitalismo tardío. La meta es
suprimir toda esa injusticia social. La crítica también se orienta contra
el concepto de una ciencia neutral (filosofía
analítica), ajena a los valores y que se limita a estudiar la realidad
dada. Los neomarxistas reclaman (en el campo de las ciencias del
espíritu, de la sociedad y economía) la ciencia crítica y comprometida, que en su exposición de la
realidad comporta la crítica.
- Democratización. Los
neomarxistas están persuadidos de que todas las desigualdades entre los
hombres son injusticias que han surgido con la sociedad clasista. Tal
vale para la desigualdad entre varón y mujer, profesores y alumnos,
empresarios y obreros, así como en general para la desigualdad entre
dominadores y dominados. En el fondo, la justicia social consiste simple
y llanamente en el restablecimiento de la igualdad en todos los campos
sociales. Los neomarxistas rechazan el Estado burocrático, ostentativo y
centralizado, reclamando la máxima descentralización en todos los campos.
Persiguen unas unidades pequeñas con el máximo posible de autonomía, que
deben autoadministrarse democráticamente.
Con la ampliación de la democracia del Estado debe crearse un sistema en
el que todas las medidas y procedimientos se legitimen democráticamente. Así cesarán
la explotación, la alienación y el dominio; pues los problemas de todos
los campos han de resolverse mediante la democratización de los mismos.
- Crítica de la tecnología.
Marx creía que el mal radical, origen y causa de la alienación del hombre
por el hombre, era la propiedad privada de los medios de producción. El
nuevo hombre bueno llegaría espontáneamente tan pronto como se eliminase
ese mal radical. Los neomarxistas rechazan la propiedad privada de los
medios de producción dando un sentido más amplio a ese mal radical.
Critican lastecnologías
gigantescas, mediante las cuales la economía y el Estado dominan y
manipulan al hombre. La alienación del hombre por obra del capitalismo
tardío funciona tecnocráticamente.
- Revolución. Muchos
neomarxistas consideran necesaria una revolución. Se enfrenta así un gran
problema: según Marx el supuesto para una revolución es una clase
revolucionaria. Y en la sociedad capitalista esa clase no puede ser más
que la clase trabajadora. Ahora bien, los neomarxistas han podido
comprobar que en la clase trabajadora no alienta ningún sentimiento
revolucionario. Objetivamente,
piensan, existe un proletariado, pero subjetivamente ese proletariado no quiere saber nada
de su situación proletaria. Así las cosas, una situación revolucionaria
sin una clase revolucionaria es un absurdo para cualquier marxista.
Muchos secuaces del neomarxismo se han resignado y han vuelto al punto de
partida del "gran rechazo" (Marcuse). Otros, apoyados en una
pequeña minoría intelectual y estudiantil, se consideran los abogados
competentes y revolucionarios de los verdaderos intereses objetivos de
las masas, que ni saben ni quieren saber nada de los mismos.
- Los nuevos filósofos. constituyen
un grupo de jóvenes intelectuales estrechamente ligados a la revolución
de París, llamada "el mayo de 1968". En tal época todos eran
estudiantes marxistas, comunistas o maoístas, que participaron
activamente en la famosa revuelta. Son ellos, Bernard-Henri Lévy,
Jean-Marie Benoist, André Glucksmann, Maurice Clavel, Jean-Paul Dolleé,
Christian Jambnet, Philippe Némo, Guy Lardreau, Françoise Lévy, entre
otros.
Sus características:
La nueva filosofía pretende ocupar el lugar del estructuralismo, que sucedió al
existencialismo; se presenta como una vigorosa reacción innovadora respecto del
marxismo, que invadió las esferas intelectuales; herederos y actores directos
del "mayo 1968". Todos ellos militantes activos del marxismo maoísta
francés, han pasado a ser antimarxistas en diferentes grados. "Nosotros
éramos estalinistas porque éramos militantes políticos", escriben Lardreau
y Jambet. La reacción antimarxista es más significativa en razón de su
formación universitaria con maestros de tendencia marxista como Althusser,
Foucaul, Lacan e incluso Sartre. Foucault es el primero en reconocer el valor
positivo de la nueva corriente.
Bernard-Henri Lévy
nacido el 1948 se distingue por su obra "La barbarie del rostro
humano" (1977) en donde afirma que la barbarie del rostro humano es
justamente el socialismo, que trae su origen en "El Capital" de Marx,
y que ha hecho posible los campos de concentración, creando un totalitarismo.
"Su más grave, su más grotesca caricatura, la suma de sus imposturas y la
enciclopedia de sus mentiras" es ese socialismo. Sostiene que los
socialistas "creen en un Dios que llaman proletario; en su resurrección,
que llaman sociedad sin clases; en su martirio sin fin, que definen
dialéctica". "El marxismo es el opio del pueblo", de ahí que no
puede ser "el sepulturero" del capitalismo, antes bien es su última
consecuencia.
En su obra "El
Testamento de Dios", se reafirma en sus convicciones, proclamándose
profeta del último día de un Dios que, pese a haber muerto ya, tuvo la
amabilidad de dejar un testamento, la Biblia, como baluarte contra el
totalitarismo.
André Glucksmann
nacido el 1937 en su obra "La cocinera y el devorador de hombres",
afirma que el Estado soviético es "la mayor mentira del siglo" y del
marxismo entero, causante y responsable directo de tantas matanzas humanas, de
la esclavitud y destrucción de decenas de millones de plebeyos en nombre del
socialismo marxista. Sostiene que "el engaño de Stalin consiste
precisamente en que es el engaño de la razón. Es inútil pensar, por un lado, en
su cinismo y, por otro, en su marxismo".
En su obra
"Los maestros pensadores", se refiere a Fichte, Hegel, Marx y
Nietzsche, y hace duras críticas al papel que cada uno cumplió.
Jean-Marie Benoist
nacido el 1942, escribe Tyrannie du Logos en 1975 y en 1970 "Marx ha
muerto", donde afirma "para mí, el ídolo Marx ha muerto en el
1968".
La conclusión de
Benoist es que el texto de Marx pertenece a una episteme arcaica ya pasada,
propia del siglo XIX, mezcla del positivismo cientificista y de la metafísica
idealista occidental de signo metafórico. "Fuera del siglo XIX, el
marxismo no puede retomar aliento". De ahí su último grito: "Marx ha
muerto", que evoca el nietzscheano de la muerte de Dios. Se ha de
proclamar "la muerte de Marx-ídolo, Marx-tótem, Marx-tabú, Marx-profeta,
Marx-apocalíptico, Marx-milenarista, y, pasando por todos los residuos de
sedimentos leninistas, maoístas, castristas o troskistas que en él se encuentran
mezclados".
10.4. POSTURAS
PARTICULARES
Con la distinción
de las posiciones fenomenológica, positivista, marxista hemos logrado una
panorámica de la filosofía actual. Sin embargo su variedad es mucho mayor. A
continuación presentamos cuatro posiciones particulares que se discuten en el
área lingüística alemana y aún más allá.
10.4.1.
RECONSTRUCCIÓN DIALÓGICA
En la Escuela de
Erlangen (ciudad del Estado de Baviera) se cuentan filósofos como P. Lorenzen,
W. Kamlah y O. Schwemmer; que es un grupo cercano a la tradición de la
filosofía analítica. Típico de los erlangianos es el entender siempre al hombre
desde su situación dialógica;
es decir, desde su participación en conversaciones, consultas y discusiones.
Kamelah-Lorenzen
afirman: "El discurso humano es siempre y ante todo una alocución a uno o
varios compañeros, que dado el caso responden, con lo que en el intercambio de
discurso y contradiscurso surge un diálogo, una conversación. Así pues, las
frases, verdaderas o falsas, no están como quien dice en el vacío, sino que se
afirman o se discuten" (Logische Propädeutik).
El propósito
erlangiano es el de reconstruir la lógica, la ética y la teoría de la ciencia
desde unos procesos dialógicos. Es interesante el intento de definir
dialógicamente la verdad.
Una afirmación es verdadera cuando cada hablante competente (el que habla el
mismo lenguaje que yo y está informado y es inteligente) la acepta tras el
oportuno examen. La afirmación "Juan esta de viaje" es verdadera
cuando otros que conocen a Juan asienten a la misma.
Afirman que, el
hecho de recurrir al juicio de otros (que hablan el mismo lenguaje que
nosotros) para enjuiciar la verdad de unas afirmaciones hace que podamos
calificar este procedimiento como verificación
interpersonal. De este modo y "método" establecemos entre el
hablante y sus interlocutores un consentimiento, que en el arte socrático del
diálogo se llama "homología".
Así pues, la verdad
se define como un consensus (asentimiento)
de los interlocutores.
P. Lorenzen y O.
Schwemmer han aplicado esta teoría (Teoría consensual de la verdad) a la ética.
Las normas éticas son asentimientos o consentimientos, que se derivan como
resultados de unas consultas (ficticias o reales), en las cuales unas personas
que cooperan en una práctica común aportan y comparan sus intereses o puertos.
Por tanto, el deber ético fundamental tiene que transcender la propia
subjetividad y los propios intereses. En el proceso de consulta, los propios
objetivos han de cambiar de modo que sean conciliables con los objetivos de los
demás.
Contra esta teoría
de la verificación interpersonal se han formulado muchas objeciones: no se
plantea realmente el problema de la verdad, sino que se lo supone dejándolo sin
resolver. Los erlangianos dicen: Una afirmación es verdadera cuando otros, que
están en situación de enjuiciar su verdad, la juzgan verdadera. Pero eso no
pasa de ser un círculo lógico.
10.4.2. PRAGMÁTICA
UNIVERSAL
Jüergen Habermas
(1929- ), de la escuela de Francfort, influyó sobre el neomarxismo alemán
durante los años sesenta y comienzos del setenta. En la denominada
controversia positivista fue
uno de los portavoces de la crítica al cientifismo de las posiciones
neopositivistas o crítico-racionalistas.
Habermas se
pregunta: ¿Cómo es posible en la sociedad moderna una identidad (equivalente
aquí a comunidad de convicciones) que en las sociedades anteriores se daba
mediante mitos, religiones y sistemas filosóficos, pero que falta en "la
sociedad pluralista"?. Los racionalistas críticos respondieron indicando
que la "sociedad abierta" (Popper) no necesita de tal identidad;
pluralidad de opiniones e intereses, unida al espíritu de una crítica racional,
conduce por sí misma a una sociedad democrática que se mejora constantemente.
Habermas no lo cree así.
Y a su pregunta
responde: una nueva identidad sólo puede conseguirse mediante consensos (asentimientos) que se
dan en discursos libres de
dominio. Un discurso libre es aquel en que se postula una situación hablante ideal contrafáctica
(en oposición a los hechos) y se hace por conseguirla. Habermas analiza la
pragmática de los discursos ajenos al dominio (es decir, muestra cómo los actos
de habla o conversación deben regularse para que sean ajenos a todo dominio).
Por ello rechaza la distinción, establecida por P. Lorenzen entre hablantes
competentes y no competentes: en la situación de habla ideal todos los
participantes han de considerarse competentes
por igual (de un modo contrafáctico, es decir, aunque realmente no
lo sean). Las reglas sobre las que versa la pragmática de discursos ajenos a
cualquier dominio son a la vez las reglas básicas de la ética.
Con esta teoría
Habermas pretende poder resolver tres problemas importantes:
a) El problema de
la verdad: una afirmación es exactamente verdadera, cuando expresa un consenso
logrado en un discurso sin dominaciones.
b) El problema de
la identidad: cuando la pragmática de los discursos ajenos a cualquier dominio
alcanza a todos los campos de la sociedad, la sociedad moderna logrará su nueva
identidad.
Habermas-Henrich
afirman: "la identidad colectiva sólo puede concebirse hoy en una forma
refleja, es decir, fundada en la conciencia de unas oportunidades comunes e
iguales de participación en esos procesos comunicativos, con los que se obtiene
una formación idéntica como un proceso de aprendizaje continuado".
c) El problema
de legitimación: cómo pueden justificarse unas decisiones sociales (en
política, economía, cultura, etc.) ante los interesados; sólo en el discurso
ajeno al dominio, que conduce al consenso, se resuelve el problema de la legitimación.
En su contra se han
alzado muchas objeciones: Se ha puesto en duda la practicidad de tales
discursos, porque suponen un alto nivel moral de los participantes, y porque
los discursos son sistemas muy complejos, cuyo funcionamiento depende de muchas
condiciones; además, porque sobre la base de tales discursos la configuración
de todos los campos
sociales resultaría, para los individuos, como un mar sin orillas ni
horizontes. Aparte de que, en Habermas, la teoría consensual de la verdad sólo
incluye un aspecto de lo que siempre se ha entendido por "verdad".
10.4.3.
HERMENÉUTICA TRASCENDENTAL
La teoría de Karl
Otto Apel está en conexión con la teoría consensual de la verdad, propuesta por
la Escuela de Erlangen y por Habermas. Apel afronta el problema conectado la
filosofía transcendental de Kant con la hermenéutica moderna.
El hecho de que las
gentes puedan siempre entenderse, halar entre sí y argumentar supone que
(hermenéuticamente hablando) tienen una preinteligencia común o, lo que es lo
mismo (en el sentido de Wittgenstein) aceptan las reglas de un juego
lingüístico. Pues, cada comunidad comunicativa tiene unas condiciones de
posibilidad de su comunicación. La verdadera y universal comunidad de
comunicación es hoy la humanidad viviente.
Todo conocimiento,
pensamiento y actuación se realizan en definitiva dentro del marco de la
comunicación. Apel pregunta: ¿Cuáles son las condiciones de posibilidad de una
comunicación real que todos los hombres han de dar por supuestas para poder
hablar entre sí?. Aquí se trata de un problema de consenso. Sin embargo, el consenso no consiste (como
en Habermas) en el asentimiento al que se llega mediante los discursos, sino en
el conjunto de las condiciones que hacen posibles los discursos. Así pues, será
verdadero lo que ha de suponerse para que pueda darse una comunicación.
Según Apel,
mediante una reflexión transcendental sobre las condiciones de las
posibilidades y validez de la comprensión alcanzamos algo así como un punto
cartesiano para la fundamentación última de la filosofía. En efecto, quien
participa en la argumentación filosófica, implícitamente reconoce los supuestos
como un a priori (condición de posibilidad) de la argumentación, y no puede
discutirla sin poner en tela de juicio la competencia argumentativa. En ese
sentido querría defender la tesis de que el a priori de la comprensión
argumentativa (en la sociedad comunicativa ilimitada) alcanza una posición
destacada dentro de la "preestructura" transcendental-hermenéutica de
la inteligencia: todos los otros supuestos - materiales y existentes - de la
comprensión, por mucho que su relieve vital frecuentemente les permita
imponerse contra todas las reglas del juego de la argumentación, en principio
tienen que subordinarse al a priori de la argumentación, o a la sociedad, pues
sólo sobre el supuesto de esta última pueden también reconocerse y discutirse
en su significado todos los demás.
La aplicación de
este planteamiento a la ética ha tenido los mismo resultados que en la Escuela
de Erlangen; pues el sentido de la argumentación moral casi podría expresarse
en el principio de que el hombre ha de convertir todas las necesidades en
propósito de comunidad comunicativa, pues por la vía de la comunicación pueden
armonizarse con las necesidades de los demás.
Contra esta
posición se han formulado objeciones: Se ha señalado que la comunicación y la
sociedad comunicativa reales son siempre algo empírico. Las condiciones de posibilidad de esa sociedad
comunicativa empírica, por la que Apel se interesa, son a su vez (de modo
similar a las reglas de juego en un juego lingüístico de Wittgenstein) algo
empírico. Por el contrario, las condiciones no empíricas, que interesaban a
Kant, siguen sin merecer consideración alguna. Además se plantean unos
problemas de practicidad: ¿Cómo puede entenderse la humanidad en tanto que
sociedad comunicativa? ¿Cómo se da una real sociedad comunicativa en el tiempo?
¿No será mañana otra distinta?
10.4.4. CRÍTICA
LINGÜÍSTICA UNIVERSAL
El filósofo
austríaco E. Heintel distingue tres corrientes en la "crítica lingüística
deriva de la reflexión sobre la lengua":
a. El análisis lingüístico de orientación lógica o formalista que se acerca a la
filosofía analítica y se orienta a la física y las matemáticas modernas; se
esfuerza por lograr un lenguaje lo más exacto posible (lenguaje ideal) "a
fin de proteger el empleo del lenguaje científico contra las anfibologías y
vaguedades de los lenguajes naturales".
b. La crítica lingüística,
"que incluso se esfuerza por una forma obligatoria de comunicación, cuando
la exigencia de una exactitud en el sentido del modelo conductor de las
ciencias exactas se demuestra inadecuada e irrealizable". Se trata aquí de
un lenguaje distinto del lenguaje natural, por el cual expresa la filosofía las
condiciones no empíricas de lo empírico.
c. La crítica lingüística
universal, que abraza y trasciende la crítica lingüística tanto lógica como
especulativa. Heintel hace coincidir la crítica lingüística universal con la
filosofía, al sostener: "En ella se toman las palabras en su acepción
real: una crítica lingüística universal se convierte en una universal filosofía
de sentido, en la que puede darse "sólo" unos giros verbales, pero en
la que se investigan y valoran todos los razonamientos (l ogoi )
posibles y reales en su respectivo plan o de sentido. Este tipo de crítica
lingüística incluye tanto la crítica lingüística lógica como la especulativa, y
aspira a no dejar al margen de la consideración nada que se presente con la
pretensión de un discurso filosófico; más bien relaciona todos esos discursos
con su propio propósito y procura hacerlos útiles in maiorem perennis
philoosophiae gloriam (para la gloria de la filosofía perenne)" (Die
beiden Labyrinthe der Philosophie, 1968).
La filosofía como
critica lingüística universal, se refiere al compendio de cuanto en la
tradición y el presente se lleva filosóficamente al lenguaje. El lenguaje sobre
el que versa es el lenguaje de la philosophia
perenniscomo un todo. Se apropia críticamente todo discurso filosófico y
toma en serio las pretensiones de sentido que en ella se expresan. Relaciona
unas con otras esas pretensiones de sentido y persigue una sistematización en
el marco de una vasta conciencia problemática. En ese proceso de comprensión,
de apropiación crítica y de sistematización subyace al mismo tiempo la
posibilidad de un progreso filosófico. La crítica lingüística universal no
excluye nada a priori, por lo que no deniega a ningún hablante (filosófico) la
competencia, con tal que la pretensión de sentido que él expresa pueda integrarse
en la diferenciada conciencia problemática. Al mismo tiempo, advierte el
peligro de que se mantenga inapropiada la conciencia problemática rota y
expresada en el lenguaje: "una tradición sin dominar se convierte -
precisamente desde la pretensión de esa realidad - en una carga de la que no
podemos liberarnos, porque nos declara culpables, tanto si la negamos como si
la arrastramos con nosotros sin apropiárnosla" (Obra citada).
La Filosofía
Latinoamericana tiene el mismo problema en el mundo que tiene la filosofía de
la liberación, la teología de la liberación y todo pensamiento que no sea
europeo. Es difícil hacerse conocer cuando los dueños de los medios de
comunicación tienen interés tan concretos como el de presentar el pensamiento
mestizo europeo (griego-semita) como el valor universal del que debe depender
todo pensamiento, Filosofía, Teología o Sociología posteriores. Zea, ya había
olido hace siglos lo que se debería hacer para que nuestra América ocupe el
lugar que merece dentro de la historia: “hagamos frente al fanatismo, rompamos
las cadenas que esos infames déspotas de la literatura pusieron sobre nuestros
entendimientos y sacudamos el yugo de la servidumbre filosófica“[13].
En el siglo pasado
surge en Europa un movimiento de solidaridad y simpatía por los
latinoamericanos. Pero estaba rodeado más de romanticismo que de compromiso
hasta las últimas consecuencias. Las simpatías con la liberación
latinoamericana de parte de los europeos se queda en los escritorios. Gabo
cuenta que “Un periodista europeo, en un encuentro de intelectuales de América
Latina y del Caribe, andaba preguntando entre los asistentes si seríamos
capaces de sostener un diálogo tan fluido con los intelectuales europeos. A
título personal le contesté que no, por una razón que ni los europeos ni
nosotros nos hemos decidido a aceptar: nuestra concepción de América Latina
parte de dos análisis distintos.
Durante la década
de los sesenta, los intelectuales europeos se colocaron en la primera línea de
la solidaridad con nosotros, nos desbordaron con un alborozo idealista que, sin
embargo, no resistió el primer embate serio de la realidad. Su análisis tenía,
y sigue teniendo, un rezago colonial: sólo ellos se creen depositarios de la
verdad. Para ellos sólo es bueno lo que ha probado serlo en su propia
experiencia. Todo lo demás es extraño, y, por consiguiente, inaceptable y
corruptor”[14].
Es una experiencia hecha por casi todos los pueblos subyugados y colonizados
por las potencias a las que se les han considerado inferiores y capaces de
nada. De esa concepción se sale de la fila Latinoamérica, al menos en el campo
de la filosofía, Teología y sociología comprometidas y basadas en la realidad
de nuestros pueblos, partiendo de lo que nos muestra la experiencia y no
partiendo de teorías, así “En la base de cualquier pensamiento latinoamericano
impulsor de una liberacion sociopolítica se halla la conciencia de una
situación de injusticia grave y generalizada, caracterizada como opresión de
grupos y de pueblos. Las ideologías que han engendrado esta conciencia son muy
diferentes. En algunos casos ha sido la doctrina social que el magisterio de la
iglesia católica o grupos de cristianos comprometidos han elaborado a partir
del Evangelio. En otros, la doctrina social revolucionaria que numerosos grupos
políticos de filiación marxista han elaborado a partir del materialismo
histórico. Otros, finalmente, han tomado conciencia a partir de distintos
pensamientos filosóficos, políticos y religiosos que proponen algún ideal
humano en contraste con la realidad social de nuestros pueblos”[15].
1.1 Son genéricos y
se sintetizan en cuatro:
a- Postulado de la
unidad fenomenológica: que A.L es un fenómeno étnico, posee una totalidad,
posee un pasado que no empieza en 1492, posee elementos integradores como la
lengua, la religión, la cultura. Cuando Roosevelt decía que သmientras LA siga
siendo católica no podemos dominarla“, no se refería tanto al hecho de la
iglesia como si ella estuviera en contra de las posturas de los EEUU sino que
se refería a esa unidad cultural religiosa y lingüística que es casi opuesta a
los EEUU protestantes, ingleses.
b- Postulado del
sentido de la Filosofía: no tiene el sentido del academicismo, es más en orden
de la hermenéutica de la interpretación de la realidad y además es teleológica
es decir con una finalidad determinada para transformar la realidad, tiene
carácter político en el sentido de querer cambiar una realidad social, no se
esconde bajo la máscara de la neutralidad política que de todas maneras nunca
ha existido entre los filósofos, baste pensar en el papel de Aristóteles
mientras los griegos desangraban los otros pueblos o a Heidegger, el cual
durante durante el nacismo tomó la cátedra de Husserl sin ningún remordimiento
de conciencia.
c-Presupuesto de la
apertura de las fuentes: la fuente tradicional es la fuente del filósofo, la
obra del filósofo. La Filosofía Latinoamericana dice que eso no es cierto y que
es necesario buscar otras fuentes, los textos no escritos ej. el mito del negro
y del indio, la fuente arte para ser fuente significa que debe ser la expresión
de un pueblo a través de un artista y es cultural; si es cultural muestra una
cosmovisión que implica una realidad, la cosmovisión refleja una antropología
cultural, el arte no es neutro, es comprometido. Folclor y la literatura son
juntos con el teatro y la novela fuentes no formales de la Filosofía.
d-Buscar la originalidad,
la peculiaridad, lo original; somos mestizos, se hace Filosofía Latinoamericana
en base al mestizaje.
OPTICA
Modo de ver las
cosas en Latinoamérica.
1.2
Entre las posibilidades epistemológicas de hacer Filosofía mencionaremos
cuatro:
1- Filosofía
en América Latina; denota el hecho de que ha habido Filosofía anterior a la
civilización europea y la conquista aún en la época precolombina ej. aquí en
A.L.
2-Filosofía de
América Latina: denota lo americano, se puede escribir aquí o fuera de América
Latina p.ej.: Hegel, que nunca pisó nuestra América, escribió sobre A.L.
en su သdiscurso filosófico-histórico“ သconsidera que América no tiene
historia, pues ni su geografía, ni su conformación política ni su mismo
material antropológico triétnico y mestizo, tienen los suficientes méritos para
convertirse en dignos mediadores en el proceso de autobúsqueda, reencuentro y
liberación del espíritu“[16].“Hegel
precisó la inferioridad de los americanos, según él impotentes moral y
físicamente“[17].
သEn La raison dans l`Histoire, dice Hegel: သlo que ha ocurrido
en la época moderna con el nuevo mundo es que así tuviera una civilización
propia cuando fue descubierto por los europeos, esa civilización fue aniquilada
a su contacto: la sumisión del país determinó su suerte. Sabemos con certeza de
las civilizaciones americanas y su desarrollo, particularmente en México y el
Perú, pero comprendemos que se trata sólo de civilizaciones naturales que
debían, por consiguiente hundirse al primer contacto con el espíritu. América
se ha mostrado siempre y sigue mostrándose, como impotente, tanto desde el
punto de vista físico como del moral. En cuanto los europeos llegaron a América
los indígenas fueron desapareciendo al soplo de la actividad europea. Aún entre
los animales se encuentra la inferioridad que vemos en los hombres. La fauna
americana posee leones, tigres, cocodrilos que tienen alguna semejanza con las
especies correspondientes del viejo mundo, pero que son, de todo punto de vista
más pequeños, más débiles, menos potentes. Hasta donde sabemos, los animales
mismos que se han importado del viejo Mundo son allá menos nutritivos...“[18] Acá
sobra hacer cualquier tipo de comentario, más bien deberíamos preguntarnos cómo
es que a esa persona se le siga considerando como filósofo, se le sigue
considerando como tal y no como autor intelectual del racismo y del nacismo.
Hegel considera como inferioridad intelectual y de espíritu lo que no es la
causa sino las consecuencias del colonialismo y exterminio de los pueblos
aborígenes incapaces de defenderse ante el armamento europeo; la inferioridad
no sucedía en la persona sino en el armamento y las enfermedades que vinieron
con los conquistadores y diezmaron la población en un par de siglos. Por otra
parte en သLecciones sobre la Filosofía de la Historia Universal“[19],
hablando del nuevo mundo Hegel dice: သPor consiguiente, América es el país
del porvenir. En tiempos futuros se mostrará su importancia histórica,
acaso en la lucha entre América del norte y América del sur“ ya preveía el hegemonismo
de los EE.UU, aunque necesitaríamos agregar, que no es sólo América del Sur
sino toda Latinoamérica la que lucha contra el norte. Ya Bolívar preveía el
problema: “los EE.UU parecen destinados por providencia para plagar la América
de miseria a nombre de la libertad“.
El padre Victoria
(Salamanca) hizo una Filosofía de América Latina; Ortega y Gasset escribió
sobre América Latina.
3- Filosofía
desde América Latina: denota una manera de ver. Todo lo eterno de la Filosofía
o que se ha considerado así debe ser repensado desde América Latina.
4- Filosofía
para América Latina se puede hacer cuando se esté en capacidad de tomar la
realidad latinoamericana.
La Filosofía toma
dos connotaciones:
a-Axiológica, que
la Filosofía tiene que servir a América Latina,
b-Pragmática, lleva
el conocimiento a la práctica de la transformación.
1.3
Limitaciones radicales epistemológicas:
a-Evolución
paralela con determinantes exógenos: dependencia de lo ajeno, dependencia de
todo lo que viene de otra parte, evolucionamos paralelamente pero con retraso
de lo europeo.
b-Imitación de lo
ajeno, inautenticidad, afán de imitación.
c-Retardo temporal:
todo llega tarde, se nota en la imitación, planeación y educación.
d-Alienación:
ignorancia de lo propio, sabemos lo de nosotros pero no lo nuestro.
e-La
superficialidad: poca profundidad.
f-Desfase entre los
intelectuales y el pueblo, no se procura una Filosofía popular.
1.4
Entre las tareas de una Filosofía Latinoamericana mencionaremos cuatro:
I-
Desenmascaramiento crítico de nuestra dependencia filosófica.
II-
Adquisición y purificación de nuestro logos, de nuestra manera de ser
latinoamericanos. Un hombre es dueño sólo cuando se posee, se posee cuando sabe
pronunciar su verbo y pronuncia su verbo cuando sabe elegir, tomar lo nuestro.
III- Conciencia
política de nuestra situación.
IV- Alimento de
nuestra esperanza (utopía); ideal irrealizable. Filosofía mestiza, una
sabiduría. Que la Filosofía renuncie a su complejo de superioridad, la opción
por el pueblo es la solución de una Filosofía mestiza.
1.5
Valores:
I Éticos:
a) De la
liberación.
b) De la
alteridad, del ser otro, de nosotros. Línea de ruptura con lo que es
dependencia. Dimensión de búsqueda de nuestro pasado que es propio y valioso.
Es un encuentro con lo que somos en sí mismos. Lo ético connota toma de
conciencia.
II Políticos:
a)
Utopía, América Latina tiene un futuro promisorio. Ya desde el iluminismo se ha
concebido así; Montesquieu “considera las misiones de los Jesuitas como la
realización de los sueños de Platón“[20],
Humboldt agrega သcuán felices seríamos aún, si se hubiera dejado a los
misioneros más libertad y se les hubiera suministrado otros medios para
penetrar aún más en el país[21] (acá
está haciendo alusión a la supresión de los Jesuitas).
b)
Socialización.
III Religiosos:
a)
La religiosidad como elemento encarnado de la realidad.
b)
Compromiso con connotación religiosa.
IV Estéticos:
fomentar y valorar el folclore con la ilusión de que la Filosofía no sea muy
elevada. La estética del negro da un valor de alegría para una Filosofía
encarnada.
V Culturales
a)
Valor del mestizaje.
b)
Simbología del lenguaje, la novelística americana es peculiar y de gran valor
simbólico, que se extiende hasta hoy con el realismo mágico.
1.6
Actitudes fundamentales de la Filosofía Latinoamericana:
1-
Histórica: diferente
A) Una revisión de
nuestro pasado, cuestionar lo pasado, valorar lo perdido y desvalorar lo
adquirido.
B) Proyección al
futuro.
2- A) Ruptura con
las manifestaciones alienantes. Rechazo a lo pseudoreligioso.
B) Hermenéutica de
nuestras actitudes místicas, revisar los mitos o manifestaciones míticas.
C) Aceptación de
nuestra raíz religiosa; los indios ya eran religiosos.
3-Cultural
A) Valorización
filosófica de las raíces.
B) Trascendencia
humanística.
C) Fomento de la
investigación científica.
D) Búsqueda y
creación de tecnología adecuada, técnicas manejables.
E) Camino del
arte y de la literatura.
4- Política:
actitud frente al pueblo.
1.7
Tipología filosófica en la Filosofía de A.L
I Distinción:
a)
americana, que sea:
a1) americanista,
a2) de lo
americano, que quiera valorar lo americano que tiene sentimiento anclado de
América.
II Puede tener
connotaciones
a) De la lengua
española, su representante es José Gaos, Esp. quien dice que: la Filosofía
Latinoamericana es de la lengua española.
b) De la existencia
americana, José Ferrater Mora.
c) De la temática
americana Risieri Frondizi, Arg. (1910).
d) De la
peculiaridad americana Francisco Miró Quesada, Perú (1918). De Miró Quesada hay
que mencionar cinco cosas:
d1) Excéntrica,
trae de lo europeo, toma de afuera; fuera del centro. A la Filosofía europea se
le estudia sin cesar, se le sigue paso a paso y se le imita como a su modelo;
pero la Europa no conoce a la América, y antes bien la desdeña y aparta de ella
su vista, como de un hijo perdido del cual ya no hay esperanzas“[22].
d2) Amplitud panorámica,
tomamos de todos.
d3) Revisión
anabásica, estudiar las ideas retrospectivas, se va de la madurez al origen.
d4) Hiperestesia
histórica peculiar de la Filosofía americana; pensar siempre en un futuro.
d5) Prospectiva,
finalidad, proyección.
e) De la metafisica
americana, Alberto zum Felde (Urug). La Filosofía debe formar una nueva cultura
y un hombre distinto. Integración de lo americano y lo universal y de lo
universal en lo americano. Este aspecto de la cultura llevará a သun nuevo
orden cultural que comporta la creación de nuevos modelos culturales no
importados de fuera, sino nacidos en la propia identidad latinoamericanas,
aunque abiertos a los logros universales“[23].
f) De la mística de
la tierra americana. Guillermo Francovich (Bol) sostiene que la tierra tiene un
espíritu que crea unas condiciones especiales en el hombre.
g) De la práxis
americana. José Ingenieros, Mariátegui, Ricaurte Soler (Pan). La Filosofía
americana sirve en la medida en que sirve a la revolución.
h) Del Mestizaje:
Guillermo de Torre (Esp), Arturo Uslar Pietri, José Moreno Villa (Esp),
Federico de Onis (Esp).
1.8 Características
de la Filosofía Latinoamericana.
Victoria de
Cartula Brú clasificó las características:
1-Proyección vital:
a la vida.
2-Producto social.
3-Valoración de lo
telúrico, de lo terrrígeno.
4-Sentido de la
historia.
5-Proceso de
independencia: querer ser propio.
6-Inseguridad juvenil:
como es Filosofía joven es insegura, inventa términos.
7-Sentido optimista
del tiempo: se mira lo futuro, se ve no lo que se hizo sino lo que se puede
hacer.
8-Valoración de los
aportes éticos.
9-Preocupación por
lo socialpolítico.
10-Connotación revolucionaria.
1.9 ¿Cuáles
han sido las influencias en la Filosofía Latinoamericana?
a- Escolasticismo
tardío con Octavio Derisi (obispo argentino) y Wagner de la Rosa (Perú).
b- Positivismo y
Utilitarismo: José Ingenieros (Arg). Durante el gobierno de Santander en
Colombia se reglamentó el establecimiento de las universidades y con el
apoyo de Vicente Azuero, se introdujo en los estudios los textos de Bentham y
Tracy[24].
A mediados del siglo XVIII se publicó en Francia la သEnciclopedia“.”En la
Nueva Granada, Nariño fue influencido por la filosofía de Rousseau y de sus
continuadores, y Simón Bolívar, cuyo maestro lo educó de acuerdo con las
doctrinas descritas por el ginebrino en el “Emilio” representa la doctrina
democrática, ideológica que confiere la plenitud del poder a la voluntad del
pueblo[25],
se dice que Bolívar tenía como libro de cabecera el Contrato social[26].
c-Culturalismo o
Espiritualismo humanista. Ayudan los antecedentes y los factores le sirven de
aliado. El espiritualismo viene ya depurado de resabios dogmáticos, reconoce
sus virtudes al positivismo.
Bolivia: Guillermo
Francovich en သTodo ángel es terrible“ aduce que la ciencia como ignora el
valor, da al mundo una dimensión de sola realidad inteligible. Para Francovich
el espíritu está presente en todas las manifestaciones de la vida, aún en lo
malo del hombre. Junto con Francisco Romero (Arg.) concluyen que el espíritu
forma parte de la estructura humana. Para Romero es la culminación del
desarrollo del hombre.
México: José
Vasconcelos.
Chile: Enrique
Molina, según él, el espíritu constituye la estructura del ser pero lo centra
en lo humano, el espíritu trascendente.
Uruguay: José
Enrique Rodó, forma la corriente el သArielismo“ en la que funde los valores
éticos y estéticos. En သLa novela nueva“ se refiere al anhelo de la
conciencia por encontrar una vía en la profundidad de la conciencia (de ella)
pero también en la realidad de la vida. Artur Ardau (Uru) (1912), Vas Ferreira
(Uru).
d-Dinanismo
Monista. Fruto de los elementos occidentales con los de oriente. Se trata de
tender un puente filosófico por la síntesis del pensamineto de oriente y
occidente. El indoamericano se acerca a esa tarea ya que por su humanidad se
acerca a la oriental pero ha recibido herencia de Europa.
Brasil: Jose
Pereira de Graca, la fusión del mundo es sentida más que pensada, con técnica
impresionista.
Cuba: Inés Segura
Bustamente, a través de la Psicología realiza un análisis basándose en Freud de
una manera surrealista para interpretar el origen de la voluntad humana.
México: José
Vasconcelos, Diego Rivera (pintor) hace intervenir un elemento metafísico en su
ciclo de las revoluciones de la energía, este elemento coincide con el alma del
indígena americano, tiene relación con el monismo de la teogonía Nahuatl.
e-Vitalismo
1-Bergsoniano XX,
Bergson por su reacción antiintelectualista y el método de la intuición.
2-Raciovitalistas,
Ortega y Gasset, Los transterrados: José Gaos, Xavier Zubirí y Recasens. Ortega
y Gasset por su reconciliación de la vida con la inteligencia.
México: Antonio
Caso, para él la vida es el foco de toda reflexión y eje en la realización de
los ideales, lleva la intuición bergsoniana a la intuición poética autóctona.
Cuba: Jorge Mañach
usa el procedimiento de la သrazón vital en marcha“ (así lo llamó Julían
Marías) detalla los hechos cotidianos de lo cuales nadie se ocupa; abarca la
vida íntima no genérica.
f-Historicismo. Los
estudios históricos habían sido racionalistas de la cronología, solo reunían
una visión externa y académica. Dilthey: influyó en el sur con Carlos Astrada y
Risiero Frondizi.
g-Existencialismo
Heideggeriano con Eduardo Mays Vallenilla (Ven) (1925) sartriano. Alberto
Wagner de Reyna (Perú) 1915, plantea cómo pueden combinarse algunos rasgos del
pensamiento existencialista clásico con algunos aspectos esenciales de la
tradición católica. သEl hombre americano debe convertirse en cruzado para
rescatar su definitiva cultura mestiza por cierto, que lo pondrá a salvo así
del positivismo como del marxismo en aras de su personalidad religiosa“[27].
Así mismo ha realizado una importante labor como ensayista analizando algunos
aspectos de la cultura peruana latinoamericana. Wagner de Reyna fue maestro de
muchos filósofos peruanos y ocupa un destacado lugar en la historia de la
filosofía moderna del país.
h-Marxismo. Victor
Raúl Haya de la Torre, fundador del APRA Y José Mariátegui (Perú), también Luis
Alberto Sánchez, el tiempo histórico es algo dotado de personalidad, distinto
del tiempo científico.
Bolivia: Humberto
Plaza, el problema histórico surge de la pugna del indigenismo autóctono
que quiere trascender y la civilización moderna que quiere imponer su forma a
la vida material.
Cuba: Enrique
Piñeyro y Herminio Portell Vilá, estos con sus သBiografías Americanas“ y
သvidas de la unidad americana“ presentan la realidad americana como una
realidad viva y funcional.
i-Existencialismo.
Se trata de ver que se está သsiendo“ como su propia circunstancia. Se quiere
encarar de frentre la vida (ej. los artesanos que no fabrican en serie sino
creando a diario). No están enfermos de náusea, derrotismo sino que se yerguen
a la conquista de su ser.
México, Leopoldo
Zea, (1912), escribe သAmérica como conciencia“ donde denuncia el querer
amoldar las circunstancias americanas a las europeas, se quiere သsometer la
realidad a las ideas“ (lo que sea pero ya).
Argentina, Carlos
Astrada, el presente es un punto de resistencia donde gravitan la tristeza del
pasado y la nostalgia del porvenir သel espíritu libre de lo que lo
aprisionaba vierte a la eternidad que es colocarnos más allá de lo caduco y
perecedero“.
Cuba, Humberto
Piñera, el existencialismo se justifica por ser la Filosofía actual.
j-Liberalismo. Eloy
Alfaro (Ecu), fue presidente del 1895-1901 y 1906-1911. Paladín del liberalismo
radical, dio impulso a obras públicas y desarrolló la enseñanza. Promulgó la
constitución 1906 que estableció la separación de la iglesia y el estado. Su
administración en el aspecto económico, lo consagró como una de las grandes
figuras políticas. Murió asesinado.
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