Descartes
trató de aplicar a la filosofía los procedimientos racionales
inductivos de la ciencia,
y en concreto de
las matemáticas.
Antes de configurar su método,
la filosofía había estado dominada
por el método escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar
las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema,
Descartes estableció: "En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad,
no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre
similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría".
Por esta razón determinó no creer ninguna verdad
hasta haber establecido las razones para creerla. El único conocimiento seguro a
partir del cual comenzó sus investigaciones lo
expresó en la famosa sentencia: Cogito, ergo sum, "Pienso, luego
existo". Partiendo del principio de que la clara consciencia del pensamiento prueba
su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía
de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la
realidad. Una clase era
la sustancia pensante, o inteligencia,
y la otra la sustancia extensa, o física. b)
Spinoza (1632-1677)
La filosofía
de Spinoza pretende una reforma del entendimiento, la religión y
la política.
Si se lo tuviera que comprar con Descartes se diferencia de éste por haberse
ocupado de la política, excluyendo la problemática científica.
Spinoza se
inspira en manuales de geometría euclidiana,
lo cual revela su método: todo debe ser reducido geométricamente a partir de la
idea de Dios, la cual es una idea innata. Por otra parte, en claro panteísmo,
todo procede de Dios y todo permanece en él. La razón, es concebida como
meramente deductiva y matemática,
aspecto en el cual es posible encontrar las mayores similitudes respecto a
Descartes.
Spinoza es quizá,
un místico maravillado por la razón... o mejor, un racionalista inspirado en
místicas intuiciones.
c)
Malebranche (1638-1715)
Malebrache es el
primero que se enfrenta con el problema donde lo ha dejado Descartes y,
tratando de escapar al dualismo, concluye que -dada la heterogeneidad esencial
entre alma y
cuerpo- es imposible una acción recíproca.
El cuerpo extenso capaz sólo de acción mecánica,
no puede causar impresiones en el alma espiritual, inextensa. Las ideas, pues,
no pueden provenir de los cuerpos; tampoco de la imaginación. Entonces, ¿son
innatas? Imposible: ¿cómo podríamos adquirir una idea innata de cada detalle
del universo?
Nuestras ideas, según M., no son producidas por las cosas exteriores, sino por
una iluminación divina
con ocasión de las cosas exteriores. El
conocimiento del hombre es,
pues, una visión de las cosas en Dios (ontologismo), esto es, Dios se hace
patente a nuestra experiencia. Vemos las cosas "en Dios". Las ideas
son objetivas, en el sentido de que son iguales para todos; no son sensaciones
subjetivas o variables.
No es posible que la verdad (objetiva) proceda de las sensaciones (subjetivas)
ni de la persona singular. El
orden objetivoes
ideal, las ideas existen en un mundo aparte, "el mundo ideal"
(platonismo), que se sitúa en la Mente divina. Vemos la extensión
"ideal" en Dios y a la vez vemos la existencia y naturaleza infinita
de Dios. Por lo tanto, la evidencia de la verdad es la evidencia de Dios. El
hombre conoce al Ser infinito
porque conoce verdades objetivas.
Malebranche
tiene una idea tan alta de la verdad que la considera absoluta. Si algo es
verdad lo es eternamente. En consecuencia, todas las verdades que la razón
adquiere, como las matemáticas, por ejemplo, son indicio del acceso que la
razón tiene al Ser absoluto.
d) Leibniz
(1646-1716)
EL
pensamiento de Leibniz es claramente ecléctico. En su obra pueden encontrarse
críticas a Descartes y a Spinoza con el objeto de descartar aquellos aspectos
difíciles de conciliar en una síntesis que
fucione la escolástica y el cartesianismo.
Condicionado por el
contexto histórico (se buscaba en Europa un
"equilibrio de
fuerzas", basado principalmente en el conflicto),
la unidad de los espíritus, respetando su pluralidad, será una preocupación
central del proyecto filosófico
de Leibniz. El nuevo orden que propone se basa en la idea de armonía en donde
intereses contrapuestos pueden complementarse solidariamente. Al igual que
Descartes y Spinoza, propone una unificación de todas las ciencias,
pero su intención va más allá: la unificación de la
ciencia abrirá el camino a la
unificación de los espíritus. El método de Leibniz tiene también las
características deductivo-matemáticas características del racionalismo.
El objetivo de su matematización es la de analizar términos complejos para
llegar a otros más simples e indefinibles, los cuales serían simbolizados al
punto de crear un lenguaje universal
que (al ser utilizado mediante claras reglas deductivas), impediría la
aparición de nuevas teorías. Contrariamente
a Locke intentará probar la existencia de ideas innatas. De acuerdo a su
proyecto filosófico, estas ideas serían las "semillas" que
permitirían llegar a un acuerdo entre todos los hombres.
a) Locke
(1632-1704)
La teoría
del conocimiento se convierte con Locke en
una rama independiente de la filosofía. Su método es, lo que el denomina
"método histórico", o un análisis descriptivo
de lo que hay en la mente, semejante a la enumeración y clasificación que
podría hacer un biólogo. El cometido de este análisis será el de comprender en
alcance de nuestro conocimiento. Efectivamente, a diferencia de la posición
racionalista, Locke partirá de la convicción respecto a la limitación del
conocimiento humano. Esto no implica que no deba confiarse en la capacidad
cognitiva del hombre, sino tan solo, limitar las pretensiones de conocimiento
universal. Toda idea procede de la experiencia. A propósito de este
tópico, debemos señalar que Locke distingue dos clases experiencias:
1.
Experiencia externa: las ideas del hombre surgen cuando este tiene las primeras
sensaciones que provienen de la experiencia externa. 2. Experiencia
interna: cuando la mente reflexiona sobre las sensaciones derivadas de
la experiencia externa (recuerdo, raciocinio) se produce la experiencia interna
generando las ideas de reflexión. Ambos tipos de ideas son consideradas
por Locke como ideas simples porque son producidas por la experiencia directa.
Cuando la mente las recibe, se comporta pasivamente, pero luego, estas ideas se
transforman en nuevas ideas, la mente se activa y las combina hasta elaborar
ideas complejas las cuales no son otra cosa que combinaciones de ideas
simples. Surgen así, tres categorías de ideas complejas:
1. Modos o
propiedades
2. Substancias o
soportes de los modos y
3. Relaciones
Las ideas son signos de
las cosas en sentido en que son útiles para comunicar ideas los demás. Al
parecer, Locke consideraba que las ideas eran independientes de las palabras
puesto que sostenía que se pueden tener ideas y pensar sin necesidad de palabras.
b) Hume (1711-1776)
El término empirismo viene
de la voz griega "empeiría" que se puede traducir como
"experiencia". Cuando hablamos de "experiencia" en este
contexto nos referimos más exactamente a la experiencia sensible o conjunto de
percepciones. En un sentido amplio llamamos empirista a toda teoría filosófica
que considera los
sentidos como las facultades
cognoscitivas adecuadas para la adquisición del conocimiento. A lo largo de
la historia de
la filosofía se han dado muchas formas de empirismo, unas radicales y otras
moderadas; por ejemplo en la filosofía griega se puede citar la filosofía
aristotélica y la filosofía atomista como filosofías más empiristas que la
de Platón o
la de Parménides. En el pensamiento medieval también encontramos autores muy
inclinados al empirismo, como Guillermo de Occam, en la filosofía
moderna el empirismo clásico, y en
el siglo XX el neopositivismo.
En sentido
estricto, utilizamos el término "empirismo" para referirnos al
empirismo clásico o empirismo inglés,
movimiento filosófico que habitualmente se contrapone al racionalismo clásico y
que se caracteriza por las siguientes notas:
1. Los autores más
importantes nacieron en las Islas Británicas, entre los siglos XVII y XVIII
(Edad Moderna) y sus representantes más destacados son John Locke (1632-1704),
George Berkeley (1685-1753) y David Hume (1711-1776), a quien se considera su
máximo y más radical representante. 2. El objeto del conocimiento son las
ideas, no el mundo exterior.
3. El origen del
conocimiento está en los sentidos.
4. Rechaza las
ideas innatas.
5. La experiencia
(tanto la interna como la externa) es el criterio de validez y el límite del
conocimiento; la experiencia interna es la percepción interna,
la percepción de la propia vida anímica; la experiencia externa es la
percepción externa o percepción de los objetos físicos. 6. Niega la
intuición intelectual, aceptando sólo la intuición empírica, la intuición
sensible.
7. Acepta la deducción sólo
para la lógica y
las matemáticas, y cree que para el conocimiento del mundo sólo es adecuada
la inducción.
9. Da
–particularmente Hume– explicaciones psicologistas: reduce los distintos
ámbitos de objetividad (el científico, el moral y
el estético) a mecanismos, procesos y
actividades psicológicos.
c) Berkeley
(1685-1753)
Berkeley manifiesta
ante todo la preocupación en los ámbitos teológicos por el materialismo de Hobbes y
las doctrinas de librepensadores como Toland, Collins, Shaftesbury y
Mandeville. Su obra principal "Principios del
conocimiento humano: donde se investigan las principales causas de error,
dificultad en la ciencias como también el fundamento y origen del escepticismo,
ateísmo y irreligión" exhibe claramente las intenciones de su labor
filosófica.
Berkeley dirá que
la causa de todos los errores es suponer que la mente puede elaborar ideas
abstractas (como las de "cuerpo" o
"existencia" entonces critica así, la teoría de Locke sobre las
ideas generales y propone un nominalismo absoluto: las ideas no son sino
nombres de manera tal que toda idea o representación es individual, habiendo
que tener mucho cuidado al usar las palabras.
Para Berkeley, solo
conocemos ideas y además de las ideas no existe sino la mente que las percibe y
Dios (que las hace percibir). Afirmar que existe un mundo material es la
consecuencia de dejarse llevar por las falacias de la abstracción, considerando
al "ser" de las cosas independientemente de su "ser
percibidas".
Se dice que
Berkeley no es un empirista consecuente puesto que su filosofía puede
clasificarse como una metafísica inmaterialita
ya que niega la existencia del mundo corpóreo y afirmando la existencia de
sustancias espirituales como "Dios" y "alma" se encuentra
en una posición totalmente opuesta a Hobbes.
El carácter contradictorio
de Voltaire se refleja tanto en sus escritos como en las opiniones de otros.
Parecía capaz de situarse en los dos polos de cualquier debate,
y en opinión de algunos de sus contemporáneos era poco fiable, avaricioso y
sarcástico. Para otros, sin embargo, era un hombre generoso, entusiasta y
sentimental. Esencialmente, rechazó todo lo que fuera irracional e
incomprensible y animó a sus contemporáneos a luchar activamente contra la
intolerancia, la tiranía y la superstición. Su moral estaba fundada en la
creencia en la libertad de
pensamiento y el respeto a
todos los individuos, y sostuvo que la literatura debía
ocuparse de los problemas de
su tiempo.
Estas opiniones convirtieron a Voltaire en una figura clave del movimiento
filosófico del siglo XVIII ejemplificado en los escritores de la famosa
Enciclopedia francesa. Su defensa de una literatura comprometida con los problemas
sociales hace que Voltaire sea
considerado como un predecesor de escritores del siglo XX como Jean-Paul Sartre y
otros existencialistas franceses.
Todas las obras de
Voltaire contienen pasajes memorables que se distinguen por su elegancia, su
perspicacia y su ingenio. Sin embargo, su poesía y
sus obras dramáticas abusan a menudo de un exceso de atención a
la cuestión histórica y a la propaganda filosófica.
Cabe destacar, entre otras, las tragedias Brutus (1730), Zaire (1732), Alzire
(1736), Mahoma o el fanatismo (1741), y Mérope (1743); el romance filosófico
Zadig (1747); el poema filosófico Discurso sobre
el hombre (1738); y el estudio histórico Carlos XII (1730).
b) Diderot
(1713-1784)
El nombre de Denis
Diderot se encuentra estrechamente unido al de la Encyclopédie (Enciclopedia),
uno de los símbolos de
la Ilustración que desempeñó un destacado papel en la creación del clima ideológico
desencadenante de la revolución
francesa de 1789. Diderot nació
en Langres, en la región francesa de Champaña, el 5 de octubre de 1713. Hijo de
un maestro cuchillero de buena posición, se educó con los jesuitas,
inició la carrera eclesiástica y llegó a recibir la tonsura en 1726. Estudió
después en París y se graduó en artes en la universidad en
1732. Posteriormente se dedicó a ampliar su formación en leyes,
literatura, filosofía y matemáticas. No parece, sin embargo, que, pese a tantas
posibilidades, su vida fuese muy desahogada, ya que se dedicó a las
traducciones e incluso a escribir sermones de encargo. Después de una crisis religiosa
llevó una existencia desordenada, descrita en una novela que
aparecería póstumamente en 1821, Le Neveu de Rameau (El sobrino de Rameau).
Frecuentaba las tertulias de los cafés y en ellas conoció a pensadores
ilustrados como Étienne Condillac y el ginebrino Jean-Jacques Rousseau.
En 1746, tres años
después de contraer un matrimonio que
pronto fracasaría, aparecieron sus Pensées philosophiques (1746), y en 1749
sufrió tres meses de arresto por Lettre sur les aveugles (Carta sobre
los ciegos). En ambas obras, Diderot exponía su pensamiento, basado en un
materialismo ateo que enfatizaba la dependencia del hombre respecto a los datos de
sus sentidos. Desde 1745, Diderot venía trabajando, junto al matemático Jean Le
Rond d´Alembert, por encargo de André Le Breton, en la traducción de
la Cyclopaedia inglesa de Ephraim Chambers. Este trabajo lo
llevó a concebir la idea de una gran enciclopedia que fuese el vehículo de las
nuevas ideas contra las que consideraba fuerzas reaccionarias de la iglesia y el
estado, y que sacase a la luz los
principios esenciales de las artes y las ciencias. El fondo ideológico sería el
racionalismo y la fe en el progreso de la humanidad. En 1750, después de
cumplir el arresto, dio a la luz su Prospectus, que D´Alembert convertiría al
año siguiente en el Discours préliminaire de la Enciclopedia. La
publicación de la obra se fue realizando entre 1751 y 1772 con acogida
variable, pero con un indudable éxito final.
De los artículos publicados en la Enciclopedia, compuesta de 17 volúmenes
de texto,
Diderot escribió un buen número, pero, sobre todo, su tarea fue la de director
y supervisor de la magna empresa,
en la que además de los nombres citados intervinieron intelectuales como
Charles de Montesquieu y
Rousseau -que rompió su amistad con
Diderot en 1758, el año en que D´Alembert dimitió y aquél quedó como director
único de la obra-.
Pese a las
numerosas prohibiciones y dificultades, la Enciclopedia llegaría a convertirse
en un símbolo de las teorías revolucionarias y de los pensadores más avanzados
del Siglo de las Luces.
c) Rousseau
(1712-1786)
"Con Voltaire
termina un mundo. Con Rousseau comienza otro" Goethe Rousseau, pese a
ser colaborador de la Enciclopedia, fue el gran disidente. En 1749, en el
concurso de la Academia de Dijon sobre el tema ¿Ha contribuido al mejoramiento
de las costumbres el progreso de las ciencias y de las artes?, su respuesta fue
que no, puesto que las ciencias y las artes se originan en los vicios, los
alimentan y son el origen de la desigualdad entre los hombres. Esta
problemática fue la desencadenante de su pensamiento. Las ideas de
Rousseau se oponían abiertamente a las de la ilustración francesa puesto que
desvalorizaba la cultura,
la razón y la sociedad en
favor del hombre en estado natural. Su valorización del sentimiento resultaba
además, escandalosa. Del mismo modo, eran polémicos sus ideales políticos. Sin
embargo, sus ideas tuvieron un enorme éxito y fue el ilustrado que más influyó
en los futuros revolucionarios.
Construido sobre
la estructura del
paso del estado natural al estado de sociedad, el pensamiento de Rousseau propone
un regreso utópico al primer estadio sin abandonar el segundo en tanto que
abandonarlo ya no es posible.
Estado de
naturaleza
El hombre 'natural'
(primitivo) vivía aislado. Rousseau especula que carecía de una sociabilidad
natural. A diferencia de Hobbes, tampoco cree que viviese en guerra contra
todos. Introduce así la imagen del
"buen salvaje", una suerte de inocencia natural (no existe el pecado original),
la bondad es innata así como la igualdad absoluta.
Tampoco hay moral. Pero esta condición natural, pertenece a un estado que ya no
existe (quizá nunca haya existido, improbablemente vaya a existir alguna vez)
pero resulta útil para reflexionar sobre la situación actual. El concepto de
naturaleza sirve como punto de referencia y concepto directivo.
El paso al estado
de sociedad
El hombre se vuelve
menos feliz, menos libre y menos bueno. La idea del progreso es claramente
atacada. Al aparecer la sociedad, el hombre comienza a perder la libertad y las
desigualdades comienzan a ganar terreno cuando se establece el derecho
de propiedad y la autoridad para
salvaguardarlo. Entonces, la sociedad es un engaño, los hombres se unen
supuestamente para defender a los débiles pero en realidad lo que hacen, es
defender los intereses de los más ricos. Las diferencias son claras:
ricos-pobres; poderosos-débiles; amos-esclavos. La coincidencia es el único
reducto incólume, aunque casi ignorado. El hombre, fuera de sí, está
alienado. Regreso a una sociedad de acuerdo a las exigencias
"naturales" El primer paso es la transformación del individuo mediante
la educación.
En El Emilio el niño es educado con su mentor como el "buen salvaje"
reproduciendo la experiencia de Robinson (novela de 1719) descubriendo por sí
mismo, lo mejor de la cultura. A través de su programa educativo
utópico, Rosseau critica a la educación ilustrada. ElContrato Social
Lo que sigue es la
transformación de la sociedad. El programa del Contrato
Social se basa en el
establecimiento de "una forma de asociación (...) mediante la cual cada
uno, al unirse a todos, no obedezca, sin embargo, más que a sí mismo y quede
tan libre como antes" Rousseau Se trata pues, de una nueva modalidad
de contrato social que devuelva al hombre su estado 'natural' sin que por ello
deba dejar de pertenecer a una comunidad.
No es, como quiere Hobbes, un contrato entre individuos, ni de los individuos
con un gobertante, como propone Locke: es un pacto de la comunidad con
el individuo y del individuo con la comunidad. Cada uno de los asociados se une
a todos y a ninguno en particular.
Este pacto, crea la
voluntad general que ni es arbitraria ni se confunde con las con la suma de las
voluntades egoístas de las voluntades individuales de los particulares.
Entonces aparece el concepto de soberanía,
el soberano es la voluntad general, la cual es inalienable (no se delega,
el gobierno no
es sino un ejecutor de la ley que
emana de la voluntad general, y puede ser siempre substituido), es indivisible
(no hay división de poderes, como postulan Locke y Montesquieu.
Rousseau entiende
establecer de este modo simultáneamente, la soberanía popular y la libertad
individual. Porque, al hacer contrato con la comunidad, cada individuo está
realizando también un contrato con sí mismo, en tanto que al obedecer a la
"voluntad general", está siguiendo su propia voluntad.
El Contrato Social
inspirará a los revolucionarios francés en 1789, a la comuna de 1870 y a los
comunistas del siglo XIX. Inspiró también a Jefferson (1826), autor de la
Declaración de Independencia de
los Estados
Unidos de América.
a) Kant (1724-1804)
La
orientación crítica que
el empirismo inglés había iniciado, reconociendo y señalando los límites de
la razón humana, y que la Ilustración había hecho suya, se convierte en la obra
de Kant en un hito decisivo de la historia de la filosofía.
El objetivo de Kant
es la creación de una filosofía esencialmente crítica, en la cual se establecen
de un modo autónomo los confines y posibilidades efectivas de la razón humana.
Este objetivo es el de un racionalismo que se proponga, en primer lugar, la
elaboración del concepto mismo de la razón. Kant identifica este racionalismo
con el iluminismo, y en realidad, el concepto de la razón a que él llega está
en la línea que había comenzado con Hobbes y que el iluminismo había aceptado
de Locke; es la línea que ve en la razón un órgano autónomo y eficaz para la
guía de la conducta
humana en el mundo, pero no una
actividad infinita u omnipotente, sin límites ni condiciones.
Se pueden
distinguir tres fases en el pensamiento de Kant:
- Primer período
precrítico, hasta 1760. Prevalece el interés por
las ciencias
naturales, durante el cual sigue las
huellas del pensamiento dominante en los primeros decenios del siglo XVIII.
- Segundo período
crítico, hasta 1781, año en que se
publica su obra principal "Crítica de la razón pura". Prevalece el
interés filosófico y se determina su orientación hacia el empirismo inglés y el
criticismo. Esta obra, que contiene la crítica a la que Kant somete a la razón
humana, producirá, pese al escaso interés que despierta inicialmente, un giro
total, que marcaría un nuevo estilo de pensamiento, un cambio radical
en la orientación de la filosofía. Se evidencia una tendencia a evitar el
error, más que el descubrimiento de la verdad, siguiendo la tónica de Descartes
y de Locke y Hume, quienes ponen en duda diversas posibilidades de
conocimiento. Esto lleva a Kant a concentrarse sobre los objetos de razón y sus
límites, sus posibilidades, es decir, la crítica de la razón pura. Se inclina
por una concepción de la metafísica como la ciencia de los límites de la razón
humana, y no como un sistema de saber.
La filosofía
crítica de Kant se halla en sus tres obras fundamentales: "Crítica de la
razón pura", "Crítica de la razón práctica" y "Crítica del
juicio". Los elementos de este sistema los denomina Kant "filosofía
trascendental" o examen al que hay que someter a la razón humana para
investigar las condiciones que hacen posible el conocimiento a priori. Kant
afirma que para entender la experiencia (conocimiento a posteriori), es
necesario tener conocimientos que no provengan de la experiencia (conocimiento
a priori); aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por
eso procede todo él de la experiencia. Lejos del "sueño dogmático",
sólo así el conocimiento empírico puede disponer de aquellas condiciones que
exige el verdadero conocimiento (universalidad y necesidad) y que la sola
experiencia no puede otorgar. Esto equivale a un cambio de método y a afirmar
que no es el entendimiento el que se deja gobernar por los objetos, sino que
son éstos los que se someten a las leyes del conocimiento, impuestas por el
entendimiento humano.
Dando por sentado
que son posibles la matemática y la física puras, se pregunta Kant si es
posible la metafísica, a lo que concluye que todavía no se ha encontrado un
camino seguro. Esto le llevará a la reflexión de que el pensamiento no conoce
las cosas tal como son, pues "las cosas en sí" no se pueden conocer,
lo que se conoce es "las cosas en mí" o fenómeno, en oposición al noúmeno
o "cosa en sí". Esto es justamente lo que explora la Crítica de la
razón pura.
Kant se encuentra
con el problema de la metafísica, las grandes cuestiones que exceden a la
experiencia: Dios, la libertad y la inmortalidad entre otros.
En
"Fundamentos de la metafísica de las costumbres" establece un hecho
ineludible y es que el hombre es moral, se siente responsable y, por tanto,
libre. Lo único bueno sin restricción es la buena voluntad, ya que es buena en
sí misma, con independencia de los frutos que se logren al ponerla en acción.
La guía de la buena voluntad es la razón, y no el instinto que busca siempre la
satisfacción de sus propias necesidades; de aquí surge el núcleo de la
moral en Kant: la moral consiste
en la acción por deber. Define el deber como la necesidad de la acción por
respeto a la ley. La ley, cuya representación tiene que determinar la voluntad,
será que debo obrar sólo de modo que mi máxima pueda convertirse en ley
universal, prescindiendo de mi sentir particular. Esta máxima será el principio
subjetivo del querer, del mismo modo que la ley práctica será el principio
objetivo de nuestra razón.
Ante la pregunta de
por qué causa la razón pura puede convertirse en razón práctica, donde se
mezclan los dos mundos, el nouménico y el fenoménico, responde Kant que es
porque todo concepto moral dimana de la razón, y porque las representaciones
puras del deber y de la ley moral le llegan al hombre a través de la
razón.
A los
principios objetivos que
constituyen la voluntad, Kant los llama mandatos, los cuales se expresan a
través de la fórmula del imperativo, que es un deber ser sin inclinación. El
imperativo categórico es aquel que ordena actuar sólo según una máxima que
pueda tornarse ley universal.
La clave para la
autonomía de la voluntad, propia de los seres dotados de razón práctica, es la
libertad; cuando el hombre se concibe como dueño de su libertad se incluye en
el mundo inteligible, conociendo así la autonomía de la voluntad con su
consecuencia: la moralidad.
En "Lecciones
de Lógica", al final de su vida, Kant dice que en la pregunta ¿Qué es el
hombre?, se resumen las de ¿Qué puedo saber?, a la que responde la metafísica,
¿Qué puedo esperar?, a la que responde la religión, ¿Qué debo hacer? a la que
responde la moral. En estas cuatro preguntas, y en la distinción entre
filosofía escolar y el concepto mundano de la filosofía o filosofía para la
vida, la más importante, desemboca la filosofía de Kant.
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