La filosofía
griega es un periodo de la historia de la filosofía comprendido
aproximadamente, entre el surgimiento de la filosofía occidental en
el periodo presocrático (siglo
VI a. C.) y lafilosofía helenística,
que finalizaría, según la fecha convencionalmente aceptada, en el año30 a. C. En
ocasiones se denomina filosofía clásica o filosofía
antigua, si bien ese período podría incluir también el pensamiento romano.
Contexto histórico
La sociedad griega
presentaba características peculiares. Una estructura política basada en lapolis,
una religión politeísta carente
de jerarquía y ortodoxia,
una clase social emprendedora, dedicada al comercio y
alocio y
con amplios contactos con otras culturas del Mediterráneo,
así como una desarrollada curiosidad.
La unión de estos elementos, junto a un supuesto genio griego propició la aparición de nuevas explicaciones
sobre la naturaleza y el ser
humano, hasta entonces solamente
aclaradas por los mitos y
las tradiciones. La expansión de la cultura griega durante el helenismo, su
absorción por el Imperio
romano, la posterior relación con
el cristianismo y
su definitiva recuperación en el siglo
XIII gracias a traductores
como Averroes, así como el
interés que durante el Renacimiento se
profesó a este conjunto de pensadores, contribuyeron a que la Filosofía griega
se continuara estudiando, y a que se convirtiera en uno de los pilares de
la cultura occidental.

Etapas
Presocráticos: el
período cosmológico
La filosofía griega
surgió a partir de las primeras reflexiones de los presocráticos, centradas en
la naturaleza, teniendo como
base el pensamiento racional o logos.
El objetivo de los filósofos presocráticos era encontrar el arché,
o elemento primero de todas las cosas, origen, sustrato y causa de la realidad o cosmos.
La búsqueda de una sustanciapermanente
frente al cambio, de la esencia frente
a la apariencia, de lo universal frente
a lo particular será lo que sentaría las bases de las posteriores explicaciones
filosóficas.
Los primeros
filósofos de este período fueron monistas, en tantos buscaban un único
principio o fundamento material de la realidad. Para Tales
de Mileto, el primer filósofo según Aristóteles,1 el
agua era esta "materia primordial", basado en el descubrimiento de
fósiles de animales marinos tierra adentro2 y
en que el agua es fundamental para la nutrición y el crecimiento de cualquier
ser vivo.1 Anaximandro,
por su parte, consideró que era lo ilimitado o indeterminado (ápeiron), a
partir de lo cual se van produciendo los opuestos de la naturaleza (en primer lugar
lo frío y lo caliente),1 2mientras
que para Anaxímenes la materia
primordial era el aire,2 un
principio neutral como el ápeiron pero
sin carecer de propiedades.1
Por otra
parte, Pitágoras sostuvo la
tesis de que "todas las cosas son números", lo que significa que la
esencia y estructura de todas las cosas puede ser determinada encontrando las
relaciones numéricas que expresan.2 Pitágoras
se inscribió además en la tradición ófica y sostuvo la novedosa idea de la
inmortalidad del alma y de la posibilidad de la transmigración del alma humana
después de su muerte a otras formas animales.1
Dos grandes
presocráticos, iniciadores de la tradición metafísica occidental, fueron
Heráclito y Parménides. Heráclitodio
cuenta del devenir sensible del universo y postuló la razón (Logos) como
principio regulador de este devenir, por cuanto unifica los opuestos. La
realidad está en perpetuo cambio, cada opuesto tiende hacia su contrario, en un
proceso con orden y medida, según el Logos. Al modo de sus predecesores,
concibió al fuego "siempre vivo" como principio o fundamento del
universo, aunque entendiéndolo como una imagen del perpetuo devenir, más que
como elemento material constitutivo de todas las cosas.2
Por el contrario,
para Parménides la realidad
es una e inmutable. Existe el Ser, mientras que no existe el no-ser.
Establecido esto, el cambio o devenir resulta imposible si no existe el no-Ser
(cuya imposibilidad es lógica).2 Sus
argumentos a favor de esta tesis fueron retomados por Platón para justificar su
división de la realidad en dos ámbitos: el ámbito ilusorio del cambio y el
ámbito real de la permanencia. También Aristóteles rescatará de sus argumentos
los tres principios fundamentales de la lógica, el arte de los razonamientos.
Parménides entendía la razón como la facultad humana de pensar o razonar,1 medio
para descubrir las propiedades esenciales del Ser (que es uno, inmutable,
indivisible, increado, imperecedero, homogéneo), a diferencia de Heráclito que
la concebía como orden del universo. Si este último se valía de los sentidos
para afirmar cómo es la realidad, para Parménides confiar en ellos nos conduce
por la vía del engaño y del error, la vía de la opinión (doxa).1 Lo
que verdaderamente es (el Ser) y cómo es, sólo nos puede ser revelado por medio
de la razón.2
Posteriormente,
algunos filósofos comenzaron a buscar más de un fundamento de la realidad.2 Entre
estos filósofos pluralistas se destacó Empédocles.
Éste fundó la doctrina de los cuatro elementos, que perdurará en la filosofía
de la naturaleza hasta el siglo XVIII: agua, fuego, tierra y aire, a partir de
los cuales los principios movientes "amor" y "odio"
componen todas las cosas. El pluralista Anaxágoras,
por su parte, sostuvo que todo está compuesto de diminutas partes
(homeomerías), ordenadas por una inteligencia (Nôus).
Los atomistas constituyeron
la escuela pluralista más importante, con gran influencia en la física
post-aristotélica. Sus fundadores, Leucipo y Demócrito,
concibieron la realidad compuesta de dos tipos de espacios: uno vacío y una
lleno (la materia). Este último está compuesto de átomos, que, como su nombre
lo indica, son partículas indivisibles. Todas las cosas visibles están
compuestas de átomos unidos entre sí debido a sus distintas formas (esferas o
garfios). Pero estas uniones no se producen sino al chocar según movimientos
azarosos en el espacio vacío.2

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