La filosofía
renacentista es la filosofía que
se desarrolló en Europa desde
el siglo XIV hasta
el siglo XVI y que marcó
el paso de la filosofía medieval a
la filosofía moderna.
En primer lugar se
caracteriza por ser un humanismo,
que se centra en la filosofía medieval, que siempre tuvo a Dios en
el centro, pues su principal objetivo era justificar la existencia de Dios. En
el Renacimiento,
Dios y el cristianismo dejaron
de ser el punto central del pensamiento para dar paso al hombre como punto
central. Un ejemplo puede ser el dibujo delHombre de Vitruvio de Leonardo
da Vinci, en el cual muestra la precisión
del hombre como medida de todas las cosas.
A diferencia de lo
que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su reflexión en
torno a la determinación del objeto, la filosofia medieval centrará su interés
en Dios. La filosofía helenista había dado una orientación práctica al saber,
dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del
epicureísmo, que habían colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo
de los primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo
y otras religiones mistéricas irá provocando la aparición de otros modelos de
felicidad o "salvación individual", que competirán con los modelos
filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por
algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores
encontrarán en la filosofia, especialmente a partir del desarrollo del
neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras
religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar
comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre
filosofía y cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que
pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes
y los judíos. El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad,
quedando subordinada la comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de
la sociedad, etc. Al conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que
suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en
diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará
paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino,
que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la
independencia de la razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
La filosofía en el
Renacimiento: el humanismo
El
Renacimiento (siglos XV-XVI) puede ser considerado como un periodo de
transición entre la filosofía medieval y la filosofía moderna.
Las fuerzas culturales más significativas durante el Renacimiento fueron el humanismo, la reforma protestante y la revolución científica. En el orden político-social se consolidan los Estados nacionales y las monarquías absolutas, aparece el capitalismo comercial y avanza la burguesía urbana. La caída de Constantinopla (1453) supone una mayor apertura del occidente europeo a la cultura griega antigua. Resurgen sistemas filosóficos griegos como el platonismo, especialmente en la Academia de Florencia, con pensadores como Marsilio Ficino y Juan Pico della Mirandola. Este último, en su discurso sobre "La dignidad del hombre" señalaba el carácter no terminado de éste último, con una existencia siempre en vías de hacerse.
Por otro lado, el aristotelismo quedó representado en pensadores como Pedro Pomponazzi que, en su escrito "De inmortalitate animae" luchaba contra la inmortalidad del alma, y señalaba que, al igual que un tiburón y un león, que no pueden encontrarse porque uno vive en el océano y el otro en el desierto, así tampoco pueden encontrarse los filósofos y los teólogos.
Frente a la cultura teocéntrica medieval, el Renacimiento puso al hombre como punto de referencia (antropocentrismo). Este humanismo se caracterizó por su insistencia en la educación de las capacidades naturales humanas, por su individualismo y por la primacía concedida a los valores estéticos. Su antropocentrismo fue, además, naturalista, pues acentuaba los aspectos naturales del hombre, olvidando o minusvalorando su dimensión y destino sobrenatural. El naturalismo italiano estuvo representado por Giordano Bruno (en cuyo pensamiento confluyeron ciencia, filosofía, magia y religión) y Nicolás de Cusa (que con su debate sobre la infinitud del universo anticipó la moderna concepción de la naturaleza). El naturalismo germánico estuvo representado por Teofrasto Paracelso, otra mezcla renacentista de mago, naturalista, empírico y cosmósofo. En Paracelso, el hombre era un microcosmos, un universo en pequeño, en el que se entrelazaba las distintas dimensiones del macrocosmos.
Por último, en el terreno de la filosofía política debemos destacar la aparición delas Utopías, descripciones imaginarias de sociedades perfectas, inspiradas en los afanes renovadores de la época, con influjo de la teoría política de Platón y el estímulo de las noticias de la recién descubierta América. Entre las utopías del Renacimiento podemos destacar la "Utopía" de Tomás Moro (que dio nombre al género), la "Ciudad del Sol" de Campanella y la "Nueva Atlántida" de Francis Bacon.
En la línea "realista" política apareció el derecho natural burgués, la gran ideología de la liberación burguesa, en las teorías de los pactos de Estado de Hugo Grocio y Althusio. Además, "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo fue motivo de polémica en su época por su franco y utilitario realismo: en su teoría política, las consideraciones de orden ético quedan excluidas. Maquiavelo describe un poder político fuerte que se constituye triunfando sobre las codicias de los nobles y las pretensiones políticas del Papado. El fin de la vida política es la obtención y conservación del poder. Las reglas morales son reglas técnicas en relación con los medios para esos fines. Las acciones se juzgan según sus consecuencias, no en sí mismos, y éstas son calculables.
A finales de la Edad Media, el misticismo representó una de las varias direcciones de la dispersión intelectual de la época. Pero, como ha señalado Randall Collins (2003:499) también apareció un nuevo tipo de intelectuales: los humanistas,con un capital cultural diferente y una base organizativa distinta. Formaban parte de la nobleza de la corte o de la administración, al servicio de los gobernantes seculares; y, tras la desintegración del papado, podían competir con el predominio anterior de los profesores de las universidades y los teólogos de la Iglesia. Incluso universidades como las italianas habían quedado al margen de la filosofía teológica de los escolásticos, convirtiéndose en el hogar de averroístas (Verni) y aristotélicos (Pomponazzi). Además, las universidades, antes concentradas en Francia e Inglaterra, proliferaron, descentralizándose aún más las bases de la vida intelectual.
Los humanistas escribían en lenguas vernáculas o en un latín que consideraban superior a los “barbarismos” de la escolástica universitaria. Algunos eran laicos y otros clérigos, o pertenecían a los grados menores, sin estar consagrados como sacerdotes. Otros eran griegos que huían del colapso del Imperio bizantino. Eran sobre todo eruditos de los textos, editores y traductores, interesados más en cuestiones de cultura secular que de filosofía abstracta, absorbidos en revivir los textos clásicos de la Antigüedad.
Según Collins, “Nicolás de Cusa fue el único filósofo destacadamente creativo en varias generaciones”, logrando unificar la mayor parte de las fuentes de capital cultural de la época (misticismo, humanismo y escolástica). Para Nicolás de Cusa, el universo ya no era tampoco jerárquico, sino descentrado. Desarrollando la noción matemática de infinito, el Cusano llegó a la coincidencia de opuestos: todas las formas geométricas se funden cuando se las agranda a una escala infinita. Aplicada a la cosmología, eso significa que el universo es una esfera cuya periferia no está en ninguna parte, y cuyo centro, por lo tanto, está en todas partes.
El Renacimiento percibió el periodo medieval anterior como una etapa de estancamiento intelectual, caracterizada por la pérdida de capital cultural (aunque la pérdida de la cultura griega ya se había dado en el periodo romano), el dominio de los clásicos (aunque los renacentistas ofrecerían un estancamiento del mismo tipo, con su adulación de los clásicos antiguos) y el refinamiento teórico (aunque en el Renacimiento, que se inicia en círculos muy externos al mundo universitario que dominó la vida intelectual medieval, hubo una gran ignorancia de la filosofía medieval).
Cuestiones para el cuaderno: ¿Podrías hacer un esquema comentado de las principales características de la filosofía del Renacimiento? ¿Cuáles fueron las características del nuevo tipo de intelectual que aparece en el Renacimiento? ¿Cuáles fueron las críticas que se hicieron en el Renacimiento al periodo medieval anterior?
Las fuerzas culturales más significativas durante el Renacimiento fueron el humanismo, la reforma protestante y la revolución científica. En el orden político-social se consolidan los Estados nacionales y las monarquías absolutas, aparece el capitalismo comercial y avanza la burguesía urbana. La caída de Constantinopla (1453) supone una mayor apertura del occidente europeo a la cultura griega antigua. Resurgen sistemas filosóficos griegos como el platonismo, especialmente en la Academia de Florencia, con pensadores como Marsilio Ficino y Juan Pico della Mirandola. Este último, en su discurso sobre "La dignidad del hombre" señalaba el carácter no terminado de éste último, con una existencia siempre en vías de hacerse.
Por otro lado, el aristotelismo quedó representado en pensadores como Pedro Pomponazzi que, en su escrito "De inmortalitate animae" luchaba contra la inmortalidad del alma, y señalaba que, al igual que un tiburón y un león, que no pueden encontrarse porque uno vive en el océano y el otro en el desierto, así tampoco pueden encontrarse los filósofos y los teólogos.
Frente a la cultura teocéntrica medieval, el Renacimiento puso al hombre como punto de referencia (antropocentrismo). Este humanismo se caracterizó por su insistencia en la educación de las capacidades naturales humanas, por su individualismo y por la primacía concedida a los valores estéticos. Su antropocentrismo fue, además, naturalista, pues acentuaba los aspectos naturales del hombre, olvidando o minusvalorando su dimensión y destino sobrenatural. El naturalismo italiano estuvo representado por Giordano Bruno (en cuyo pensamiento confluyeron ciencia, filosofía, magia y religión) y Nicolás de Cusa (que con su debate sobre la infinitud del universo anticipó la moderna concepción de la naturaleza). El naturalismo germánico estuvo representado por Teofrasto Paracelso, otra mezcla renacentista de mago, naturalista, empírico y cosmósofo. En Paracelso, el hombre era un microcosmos, un universo en pequeño, en el que se entrelazaba las distintas dimensiones del macrocosmos.
Por último, en el terreno de la filosofía política debemos destacar la aparición delas Utopías, descripciones imaginarias de sociedades perfectas, inspiradas en los afanes renovadores de la época, con influjo de la teoría política de Platón y el estímulo de las noticias de la recién descubierta América. Entre las utopías del Renacimiento podemos destacar la "Utopía" de Tomás Moro (que dio nombre al género), la "Ciudad del Sol" de Campanella y la "Nueva Atlántida" de Francis Bacon.
En la línea "realista" política apareció el derecho natural burgués, la gran ideología de la liberación burguesa, en las teorías de los pactos de Estado de Hugo Grocio y Althusio. Además, "El Príncipe" de Nicolás Maquiavelo fue motivo de polémica en su época por su franco y utilitario realismo: en su teoría política, las consideraciones de orden ético quedan excluidas. Maquiavelo describe un poder político fuerte que se constituye triunfando sobre las codicias de los nobles y las pretensiones políticas del Papado. El fin de la vida política es la obtención y conservación del poder. Las reglas morales son reglas técnicas en relación con los medios para esos fines. Las acciones se juzgan según sus consecuencias, no en sí mismos, y éstas son calculables.
A finales de la Edad Media, el misticismo representó una de las varias direcciones de la dispersión intelectual de la época. Pero, como ha señalado Randall Collins (2003:499) también apareció un nuevo tipo de intelectuales: los humanistas,con un capital cultural diferente y una base organizativa distinta. Formaban parte de la nobleza de la corte o de la administración, al servicio de los gobernantes seculares; y, tras la desintegración del papado, podían competir con el predominio anterior de los profesores de las universidades y los teólogos de la Iglesia. Incluso universidades como las italianas habían quedado al margen de la filosofía teológica de los escolásticos, convirtiéndose en el hogar de averroístas (Verni) y aristotélicos (Pomponazzi). Además, las universidades, antes concentradas en Francia e Inglaterra, proliferaron, descentralizándose aún más las bases de la vida intelectual.
Los humanistas escribían en lenguas vernáculas o en un latín que consideraban superior a los “barbarismos” de la escolástica universitaria. Algunos eran laicos y otros clérigos, o pertenecían a los grados menores, sin estar consagrados como sacerdotes. Otros eran griegos que huían del colapso del Imperio bizantino. Eran sobre todo eruditos de los textos, editores y traductores, interesados más en cuestiones de cultura secular que de filosofía abstracta, absorbidos en revivir los textos clásicos de la Antigüedad.
Según Collins, “Nicolás de Cusa fue el único filósofo destacadamente creativo en varias generaciones”, logrando unificar la mayor parte de las fuentes de capital cultural de la época (misticismo, humanismo y escolástica). Para Nicolás de Cusa, el universo ya no era tampoco jerárquico, sino descentrado. Desarrollando la noción matemática de infinito, el Cusano llegó a la coincidencia de opuestos: todas las formas geométricas se funden cuando se las agranda a una escala infinita. Aplicada a la cosmología, eso significa que el universo es una esfera cuya periferia no está en ninguna parte, y cuyo centro, por lo tanto, está en todas partes.
El Renacimiento percibió el periodo medieval anterior como una etapa de estancamiento intelectual, caracterizada por la pérdida de capital cultural (aunque la pérdida de la cultura griega ya se había dado en el periodo romano), el dominio de los clásicos (aunque los renacentistas ofrecerían un estancamiento del mismo tipo, con su adulación de los clásicos antiguos) y el refinamiento teórico (aunque en el Renacimiento, que se inicia en círculos muy externos al mundo universitario que dominó la vida intelectual medieval, hubo una gran ignorancia de la filosofía medieval).
Cuestiones para el cuaderno: ¿Podrías hacer un esquema comentado de las principales características de la filosofía del Renacimiento? ¿Cuáles fueron las características del nuevo tipo de intelectual que aparece en el Renacimiento? ¿Cuáles fueron las críticas que se hicieron en el Renacimiento al periodo medieval anterior?
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